La maniobra del sitio fue precisa y efectiva. Pocos minutos después, la frase “Primicia mundial” se transformó en tendencia en Twitter y no eran pocos los que contaban los minutos para enterarse lo que Infobae había descubierto. “En dos horas, primicia mundial en Infobae”, se publicó entonces. La adrenalina creció aún más y desde los comentarios la gente debatía en torno a la exclusiva que sacudiría al mundo.
“En una hora, primicia mundial en Infobae”, indicó la placa que apareció a las 23.00 de anoche en las redes sociales del medio de comunicación. La estrategia era clara: crear expectativa, construirla, verla crecer y lanzar la famosa noticia finalmente a las 00.00 de hoy. La Argentina amanecería, por primera vez en mucho tiempo, con una primicia periodística que sacudiría al mundo.
Entonces, apareció. Y no fue primicia.
Casi como un bleff o una broma de mal gusto para sus lectores, Infobae anunció una primicia mundial, pero sólo publicó una nueva nota sobre un informe que ya había sido tomado como fuente por el New York Times hace una semana atrás.
En efecto, mientras Infobae aseguraba haber accedido “en forma exclusiva” a un dossier “top secret” de la inteligencia israelí en el que se describe cómo se organizó y ejecutó el atentado a la embajada de Israel en Argentina, el New York Times ya había accedido al mismo documento, lo había analizado y había publicado extensos pasajes del material hace casi una semana atrás, el 22 de julio.
La nota original, publicada por el periodista Ronen Bergman, detalló haber accedido al mismo documento que Infobae asegura tener “en forma exclusiva”. No sólo ello, sino que vuelca un artículo periodístico más completo, con detalles más íntimos del funcionamiento de la célula terrorista en Buenos Aires. En el mismo, a diferencia de Infobae, Bergman sostiene que el análisis del dossier lleva a la conclusión de que el régimen iraní no habría financiado, entrenado ni provisto de materiales a los integrantes de la célula que protagonizó el atentado. A pesar de tratarse del mismo documento, el medio argentino llegó a distintas conclusiones.
El artículo original del NYT fue basado en el mismo dossier, que el periodista Bergman aseguró haber sido entregado al prestigioso medio de comunicación norteamericano por integrantes del Mossad, e identifica los mismos puntos básicos que atraviesan a la nota de Infobae: el atentado fue planeado y perpetrado por agentes de Hezbollá en venganza por las operaciones israelíes contra la milicia chiita en Líbano, no participaron ciudadanos argentinos y fue planeado a partir del año 1988.
El documento detalla el armado de las células terroristas y la precaria infraestructura mediante la cual fueron preparando los atentados. Iraníes ataviados con documentos falsos, desperdigados por Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Panamá y Venezuela, fueron recolectando inteligencia, identificando blancos, reclutando suicidas, abriendo empresas de coberturas, comprando las camionetas e ingresando al país, poco a poco, botellas de champú y cajas de chocolate llenas de material explosivo. La conclusión, una y otra vez, es la misma: no hubo conexión local.
A pesar de lo relevante de la información brindada por el New York Times referente a uno de los momentos más dolorosos de la historia contemporánea argentina, el medio de comunicación Infobae marcó un curioso hito, en lo que se configuró como uno de los engaños más llamativos de la historia periodística nacional.
Infobae aseguró que el informe del Mossad, que fue elaborado tras tres décadas de investigación y contiene 43 páginas, fue revelado por primera vez por un medio de comunicación. Construyó anticipación. Creó expectativas. Sin embargo, no era la primera vez, ni siquiera era una primicia, y tampoco era exclusiva. El contenido del mismo informe ya había sido revelado por el New York Times tan sólo seis días atrás. Otro engaño de poca monta para una sociedad sedienta de respuestas.
*Fuente: REALPOLITIK