Si algo le faltaba a la alicaída economía argentina, era una batería de medidas del presidente Alberto Fernández tendiente a restringir aún más la compra de moneda extranjera con el agregado del 30 por ciento del impuesto PAIS y otro 35 de retención a cuenta del pago del impuesto a las Ganancias y Bienes Personales.
La medida implicó un aumento inmediato del 26 por ciento del valor de la divisa, lo que provocó un rechazo masivo del empresariado nacional e internacional, dado que según los lineamientos del Banco Central, se encareció notablemente la deuda de las empresas. Cualquier firma que tenga vencimientos mensuales superiores al millón de dólares deberá renegociar sus obligaciones con los acreedores y acudir al mercado para refinanciar sus pasivos.
En las últimas horas, numerosos medios nacionales e internacionales hicieron foco en la particularidad de que, a pesar de afirmar que “el dólar debe ser para inversión y no para atesoramiento”, prácticamente todos los integrantes del gabinete de Alberto Fernández atesoran sus ahorros en dólares. Una muestra más de que la ideología política tiene un límite: el bolsillo.
La primera dama Fabiola Yáñez no es ajena a esta realidad. A pesar de defender públicamente las medidas de su pareja tendientes a intensificar el cepo cambiario, no tuvo reparos en gastar unos 2.300 dólares (algo más de 300 mil pesos) en una cartera de cuero.
Siempre coqueta, Yáñez desafió las propuestas de Fernández, quien tan sólo horas atrás pidió encarecidamente que “los dólares sean para inversión y producción, y no para ahorro”, y se compró un accesorio de lujo para acompañar los coquetos vestidos que luce en sus presentaciones públicas. Sin ingresos formales y lejos de la política Nac&Pop, se gastó en una cartera el equivalente a 18 salarios promedio de la sociedad a la que asegura representar.
*Fuente: REALPOLITIK