Por qué urge dejar de pagar impuestos en la Argentina

La mentalidad argentina está mucho más infectada por el fascismo que por el coronavirus...
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10 Years Experiences

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Por: Carlos Mira

Nuestro Estado fascista es fantástico: dispone imposiciones por aquí y por allá, repartiendo plata que no es suya, llevándose los méritos de la demagogia y metiendo al sector privado en más y más obligaciones que nadie sabe con qué plata las va a pagar.

Ha llenado de billetes que no le pertenecen a los sectores que se le ha cantado, subiéndose a una propaganda populista que le encanta, pero que le manda pagar a otro.

Y cuando digo “el Estado” quiero ser claro por enésima vez: el Estado no es una constelación de entelequias angeladas que flota en las estelas del espacio. No; “el Estado” son personas; personas de carne y hueso que se sientan en unos sillones privilegiados, apoltronados en las alturas y desde donde toman decisiones que nos afectan a todos -excepto a ellos- como si su situación girara en una órbita diferente de la del resto de los mortales.

En todo lo que lleva la emergencia, no ha habido un solo gesto de sacrificio estatal en materia de dinero contante y sonante. No se han bajado un solo céntimo de sus privilegios.

La AFIP, por ejemplo, está completamente ausente de la foto. Solo aparece para cobrar y para debitarte automáticamente fondos de tu cuenta que luego necesitarías para vivir. Es como si estuvieran en una burbuja anti-coronavirus: a ellos les chupa un huevo todo; vos cállate la boca y pagá.

Ahora se vienen todos los vencimientos de ganancias y bienes personales. Alrededor de mediados de mes, de todos los meses, vence el IVA para responsables inscriptos. ¿Ustedes han escuchado alguna medida de alivio en ese sentido?, ¿alguien que haya salido a disponer que el vencimiento se difiere sin intereses a una fecha posterior, como están haciendo todos los países civilizados del mundo y como está recomendando la OCDE a todos sus miembros?

Nada. Ellos siguen en sus altas torres disponiendo aquí y allá que el sector privado se pague entre sí lo que ellos imponen (llevándose, repito, el mérito de hacerse el Rey Mago con el dinero de los demás) y sin preguntar de dónde va a salir esa plata y sin contribuir, desde ya, a que ese líquido salga del alivio impositivo. Hay que proteger la liquidez en pesos de las familias poniéndole dinero -que de otro modo deberían dirigir al pago de impuestos- en el bolsillo.

Los pagos de bienes personales y anticipos (¡anticipos!) de ganancias deben diferirse ya. Sin más dilaciones. De lo contrario, el mercado (la gente) lo hará por su cuenta, salvajemente. ¡Y ojalá lo haga en caso de que ninguno de los cráneos que está al frente de todo esto se le ocurra una manera organizada de hacerlo!

Los vencimientos de IVA también deben aplazarse across the board, esto es sin distingos entre contribuyentes. Toda la liquidez del mercado debe volcarse a mantener a las familias con pesos en los bolsillos para pagar su mantenimiento en el aislamiento obligatorio.

El desequilibrio microeconómico que supone no cobrar pero estar compelido a pagar no puede resistir mucho tiempo. La regla debería ser: “Fuera de los elementos necesarios para vivir, nadie cobra y nadie paga”. Empezando por el emporio del Estado.

La cuestión resulta de tal sentido común que es difícil entender cómo, no solo no se implementan las medidas, sino que ni siquiera se habla del tema.

La mentalidad argentina está mucho más infectada por el fascismo que por el coronavirus. Nuestros resortes de rebelión contra la servidumbre estatal están completamente adormecidos. Solo bajamos la cabeza y pagamos.

Esta emergencia debería hacernos dar cuenta y entregarnos la dorada oportunidad de abrir los ojos: ¡Basta señores! A ver si lo entienden: se terminó acá. Ni un peso más al barril sin fondos del Estado. Ni un minuto más la injusticia de estar sometido a los vaivenes de una economía privada destruida pero al mismo tiempo obligados a cumplir al pie de la letra con la bota autoritaria de los impuestos.

La Argentina tiene 165 impuestos. Ningún país occidental (si es que aún podemos seguir llamándonos así) ha llegado a semejante guasada. Esta servidumbre feudal debe terminar y esta emergencia nos debe dar la oportunidad de pararnos de manos y decir “basta”, “se terminó”. Ni un peso más a la burocracia privilegiada, demagógica e inservible que nos chupa la sangre como la garrapata a un pobre perro.

La sociedad civil debe reaccionar. Aunque sea en defensa propia. Se trata de nuestros propios recursos que estos tipos se llevan para despilfarrar como a ellos se les cante y encima queriéndose arrogar los méritos del demagogo distribucionista.

Si algo positivo debiéramos extraer de esta experiencia es que los productivos somos nosotros y los parásitos son ellos. Digamos basta al pago de impuestos.

*Fuente: Periódico Tribuna de Periodistas


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El riesgo país superó los 1.200 puntos y los bonos cayeron hasta 7%

Las acciones y bonos argentinos registraron fuertes retrocesos en la jornada financiera de hoy martes, en un contexto de incertidumbre política y cambiaria, a solo 17 ruedas operativas (días hábiles de actividad bursátil) de las elecciones legislativas que marcarán el rumbo del gobierno de Javier Milei durante los próximos dos años.

Sobre las 14:40 horas, los ADR de compañías argentinas que cotizan en Wall Street operaron con pérdidas generalizadas. Mercado Libre se desplomó 6,6%, mientras que Banco Supervielle y Banco Francés retrocedieron 6,6% y 6,5%, respectivamente. Banco Macro perdió 6,3%, YPF 4% y Grupo Galicia 5,6%, estos últimos entre los papeles con mayor volumen de negocios.

Las caídas acumularon ya cuatro ruedas consecutivas, lo que borró gran parte del rebote que los papeles habían registrado la semana anterior tras el anuncio de apoyo financiero de Estados Unidos a la Argentina.

En el segmento de renta fija, los bonos soberanos en dólares (Bonares y Globales) promediaron un retroceso del 1,7% en otra jornada negativa. El índice de riesgo país elaborado por JP Morgan aumentó 88 unidades y se ubicó en 1.203 puntos básicos, al medir la diferencia entre la tasa de retorno de los bonos del Tesoro de Estados Unidos y las emisiones emergentes.

En la plaza local, el S&P Merval de la Bolsa porteña cayó 1,7% en pesos. Medido en dólares, el panel líder acumuló una baja del 13% desde el 25 de septiembre, aunque aún mantuvo una mejora del 7% respecto del 19 de ese mes, antes de los anuncios del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent.

El dólar oficial cerró el mes con nuevas alzas. En las pantallas del Banco Nación, por ejemplo, se vendió a $1.400, mientras que en el segmento mayorista se ubicó en $1.360. En el mercado paralelo, el dólar blue cotizó a $1.435. El MEP se negoció a $1.473,93 (+1,3%) y el contado con liquidación a $1.516,11 (+1,2%).

Las últimas disposiciones del Banco Central establecieron que quienes compren dólar oficial no podrán venderlo en el mercado MEP o contado con liquidación durante 90 días, con el objetivo de frenar el “rulo” que aprovechaba la diferencia entre cotizaciones para obtener ganancias.

El economista jefe del Grupo SBS, Juan Manuel Franco, sostuvo que “el ojo del mercado en estos días pasa, en el frente macro financiero, casi exclusivamente por dos cuestiones: qué tantos dólares compra el Tesoro en el marco de la liquidación extraordinaria por retenciones cero y la dinámica de la brecha cambiaria tras las restricciones dispuestas el viernes sobre operaciones de arbitraje de tipo de cambio”.

Franco precisó que “el Tesoro habría comprado el 43,8% de lo liquidado por el agro bajo retenciones cero”, y advirtió que “la brecha se ubica en torno al 10% y creemos que las restricciones dispuestas deberían tener la menor duración posible dado que a la larga estas medidas terminan impactando negativamente sobre reservas”.

Un informe de MegaQM alertó que “en las últimas semanas se vio un proceso de corrida cambiaria o de eventual overshooting. En esos ciclos la oferta se corre por completo y la demanda aparece con fuerza buscando tomar coberturas”.

Según la consultora, “el problema de esos ciclos es que no sirven como referencia para entender cuál es el equilibrio real del mercado cambiario. Son ciclos en los cuales el nivel de demanda alcanza valores que no se pueden sostener en el tiempo, como los últimos datos de atesoramiento, donde en agosto se demandaron USD 3.200 millones. Eso implica que en los últimos 4 meses el ritmo anualizado de ahorro en dólares ha sido de 48.000 millones. Probablemente en septiembre ese ritmo puede haber aumentado nuevamente”.

“La caída en la demanda de atesoramiento puede ser una señal de vinculación entre el ritmo de liquidación de dólares y las compras de individuos en el mercado cambiario. En paralelo la oferta empieza a correrse, esperando a que el tipo de cambio alcance un nuevo equilibrio y maximizar así sus ingresos”, concluyó MegaQM.

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