UNICEF confirmó que la pobreza monetaria infantil descendió 14 puntos porcentuales en solo seis meses —del 67% al 52.7% entre el primer y el segundo semestre de 2024— lo que permitió que unos 1.7 millones de chicos y chicas dejaran de ser pobres. El organismo proyecta 47.8% para el primer semestre de 2025, nivel similar previo a la pandemia.
Rafael Ramírez Mesec, representante de UNICEF en Argentina, advirtió que sin los programas de asistencia directa —como la Asignación Universal por Hijo y otros apoyos estatales— la tasa de indigencia infantil se hubiera elevado en 10 puntos porcentuales. De acuerdo con sus estimaciones, este respaldo económico evitó que más de un millón de niñas y niños cayeran por debajo de la línea de indigencia durante el último año.
Tras tocar fondo en marzo de 2024, los salarios registrados comenzaron a ganarle a la inflación, ya que entre febrero de 2024 y febrero de 2025 el poder de compra subió 18%, y el índice salarial de INDEC trepó 74% interanual a abril de 2025.
La desinflación rápida —IPC mensual de 1.6% en junio de 2025, acumulado anual de 15.1%— robusteció ese rebote. El equilibrio fiscal alcanzado en 2024 y la fuerte baja de la inflación facilitaron la recomposición salarial y el crédito al consumo. El PIB volvió a crecer en 2025 (proyección +5.5%) luego de la recesión 2023-2024. UNICEF estima que sin estas transferencias la indigencia infantil habría sido 10 p.p. más alta durante el segundo semestre de 2024.
Si la inflación anual se mantiene en torno al 30% y los salarios crecen por encima, UNICEF prevé una nueva caída de la pobreza infantil hacia 45% a fin de 2025, siempre que las transferencias no pierdan poder adquisitivo. Uno de los principales riesgos es la desaceleración económica global, subejecución presupuestaria en salud y educación (-21% y -35% reales en el primer cuatrimestre de 2025, respectivamente).
La brusca baja de la pobreza infantil en 2024 combina la recuperación del poder de compra familiar con la red de protección de la AUH y otros programas. El desafío para 2025-2026 es transformar ese alivio coyuntural en progreso sostenible, atacando las desigualdades de la privación no monetarias que todavía condenan a cuatro de cada diez niños argentinos a vivir por debajo de la línea de pobreza.
Pobreza-Monetaria-2025“Analizar las características y evolución de estas privaciones no monetarias permite informar las estrategias de política pública destinadas a mejorar el bienestar de niñas y niños en el país”, subrayó al respecto Ramirez Mesec.
UNICEF combina los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC con una canasta básica actualizada y sus propias proyecciones demográficas. Pero no muestra del todo el promedio nacional que esconde factores muy marcados de pobreza infantil en los primeros dos semestres de 2024.
Por ejemplo, los hogares cuyo jefe familiar no completó mínimamente la primaria (80.9%), barrios populares o asentamientos construidos donde estos menores habitan (72.3%), la brecha salarial en hogares monoparentales encabezados por mujeres (60%) y hogares con empleo informal (70%).
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