La pobreza bajó al 34,9% en febrero de 2025, de acuerdo con un informe de la Universidad Di Tella, lo que implicó una reducción de doce puntos porcentuales con respecto a septiembre de 2024, cuando se ubicó en 47%. El presidente Javier Milei festejó la cifra en redes sociales.
En la comparación con respecto al mismo semestre del año anterior, la tasa de indigencia cayó 7,1 puntos porcentuales —de 15,8 a 8,7 por ciento—, mientras la de pobreza se redujo de 47% a 34,9%. En ese lapso, la variación de las canastas que marcan los umbrales de pobreza e indigencia aumentó 99% y 114%, respectivamente, contra un alza cercana al 168% en la suma del Ingreso Total Familiar (ITF) y de 171% en los estratos más bajos.
El denominado “nowcast” de la Di Tella, dirigido por el especialista Martín González Rozada —director de la maestría de Econometría del Departamento de Economía de esa casa de estudios—, estimó el indicador en 34,9% para el semestre septiembre 2024-febrero 2025, con un intervalo de confianza del 95% (entre 33,4% y 36,3%).

La Canasta Básica Total promedio en la región del Gran Buenos Aires para el semestre de referencia se estimó en 327.332 pesos por adulto equivalente, lo que representó un alza interanual de 113,8%. La proyección para ese período arrojó un incremento interanual de 167,4% en los ingresos totales familiares. Con estos valores y la simulación de los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares de los trimestres tres y cuatro de 2024 y el primero de 2025, se calculó la tasa de pobreza.
“Esta proyección sugiere que alrededor del 35 por ciento de las personas viven en hogares urbanos pobres. La EPH es una encuesta representativa de una población urbana que en el semestre de referencia se estimó en 29,6 millones de personas, lo que implica que alrededor de 10,4 millones viven en hogares urbanos pobres”, indicó el reporte.
La incidencia proyectada también se descompuso en un promedio ponderado de 37,4% para septiembre de 2024, 35,0% durante el cuarto trimestre y 33,6% en el bimestre enero-febrero de 2025, lo que resultó en el 35% aproximado final.

El nowcast estimó además la evolución semestral entre marzo-agosto de 2024 y septiembre 2024-febrero 2025. En la primera mitad del año, las brechas entre la variación de la CBT y la de los ingresos impulsaron el aumento de la pobreza y de la indigencia, que alcanzaron 52,9% y 18,2%, respectivamente. Esa situación comenzó a revertirse durante febrero-julio de 2024, principalmente por una desaceleración en el incremento de las canastas.
A partir de marzo-agosto de 2024, el crecimiento de los ingresos superó el de la canasta y provocó una baja en los indicadores: durante el semestre septiembre 2024-febrero 2025, la pobreza se ubicó en 34,9% y la indigencia en 8,7%. En ese mismo período, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) subió 1,8% y el ITF de los estratos más bajos se incrementó 1,9%. La CBT aumentó 2,0% y la suma del ITF total creció 5,3%.
En este escenario, la incidencia de la pobreza además descendió 8 puntos porcentuales entre el primer semestre del año y el semestre abril-septiembre de 2024, pasando de 52,9 a 44,9%. Esta disminución se produjo por una caída de casi 15 puntos porcentuales, explicada por el aumento del valor real del ingreso per cápita familiar (medido respecto de la inflación de la CBT) y una distribución del ingreso más igualitaria entre esos dos períodos. El “efecto crecimiento y distribución” se vio parcialmente compensado por un alza de alrededor de 7 puntos porcentuales en la tasa de pobreza entre semestres, generada por el incremento del valor real de la canasta básica total per cápita.
–