Las restricciones a las importaciones impactan de manera negativa a las industrias argentinas que necesitan de insumos desde el exterior para poder llevar a cabo sus actividades. Es por eso que desde la Cámara de Comercio Exterior de San Francisco, Córdoba, enviaron una carta al presidente del Banco Central Miguel Pesce, reclamando reglas más claras para poder seguir con la producción.
“El crecimiento, la estabilidad económica, la generación de empleo y, en definitiva, el bienestar de los habitantes, dependen en gran medida de la adecuada inserción de los países en el mundo”, señala una parte de la carta.
“A partir de estas nuevas disposiciones, el nivel de la actividad se verá negativamente afectado, disminuyendo así el empleo, una caída en el consumo y, por ende, las recaudaciones, factores importantes para que el sistema siga en perfecto funcionamiento”.
“La historia económica demuestra que los países que tienen gran participación en el comercio internacional están en constante crecimiento, generan empleos, inversiones y bienestar económico para toda la sociedad. El desarrollo del comercio exterior debe constituir una política de Estado”, agrega.
Para lograr esos objetivos, según esta cámara, se requiere “conocer cuáles son las reglas de juego y cuál es el punto de partida para integrarnos al mundo”.
¿Qué es lo que piden?
– Devolución del IVA a la exportación. Argentina debería devolver (de manera automática e inmediata) este gravamen.
– Reintegros a la Exportación. Además del Impuesto al Valor Agregado (IVA), el país debe restituir el resto de los impuestos indirectos que gravan las exportaciones (Acuerdo del GATT / OMC).
– Derechos de Exportación. Todo programa serio de Promoción sustentable de las Exportaciones debe incluir la eliminación de todos los Derechos de Exportación, ya que es un contrasentido pretender insertarnos eficientemente en el mundo, aumentando las exportaciones y, al mismo tiempo, gravar las ventas al exterior.
“Este conjunto de conceptos económicos debe enmarcarse en un ambiente de previsibilidad y seguridad jurídica que nos aleje de las permanentes marchas y contramarchas y nos encamine en la dirección que siguen los países que lograron el desarrollo”, simplifica el escrito.