


“Se trata de un retroceso de los bienes industriales y agropecuarios, en este caso por una baja generalizada de la soja y en los bienes industriales seguramente fue más fuerte”, afirmó el economista jefe del IERAL de la Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón.
Garzón hizo un informe sobre la baja de las exportaciones argentinas junto con su par Nicolás Torre y explicó que “los bienes primarios y los alimentos agropecuarios resistieron, pero hubo algunas bajas”. Además, expresó que una “crisis generalizada a nivel global hizo que transforme la gente en más austera en general en sus costumbres lo que incluye el consumo”.
La caída de las exportaciones argentinas, que alcanzó el 16%, es “más del doble que la caída a nivel global, que estuvo entre el seis y siete por ciento”.
Y la diferencia la atribuyó a “nuestra cuarentena muy extendida, que influyó grandemente en el transporte, la producción, la logística sumado a las expectativas de devaluación junto con el cepo cambiario”.



Así afirmó que “muchas exportaciones agropecuarias se demoraron y como nunca pasaron entre 8 y 10 millones de toneladas de soja de la campaña pasada para vender este año, una cifra que supone el doble de lo que es habitualmente”.
En divisas, según el estudio, para la Argentina se trata de la tercera caída más profunda de los últimos 30 años, sólo superada por lo sucedido en los años 2009 (-20%) y 2015 (-17%), mientras que en volúmenes sería la más importante del período (-13%). Los volúmenes exportados desde la Región Pampeana, la primera en importancia retrocedieron un 14% y los de la Patagonia, la segunda, un 16%.
Los resultados más negativos se encuentran en las provincias de Formosa (-62%), Jujuy (-33%) y Neuquén (-32%).
En los últimos 27 años (período 1993-2020), no hay antecedentes de un ajuste de cantidades exportadas en 21 jurisdicciones sub-nacionales en simultáneo en un mismo año: se trata de un nuevo récord negativo que desplaza al de 2012, en el que se contabilizaron retrocesos en 18 jurisdicciones.


