El Fondo Monetario Internacional empeoró sus proyecciones de inflación y crecimiento económica de este año para la Argentina. De acuerdo al relevamiento de Perspectivas Económicas Mundiales, la suba de precios será de 88% y el PBI terminará con una muy leve mejora del 0,2%.
Si bien las estimaciones nacionales advierten que la inflación de este año ascendería el 110%, el FMI redujo el índice al 88%, aunque aún está muy por encima del pronostico de Sergio Massa, quien aseguró en el Presupuesto que el IPC del 2023 no superará el 60%.
Los economistas del Fondo fueron confluyentes y afirmaron que la inflación en el país se mantendrá en niveles “muy elevados” y que, para anclar expectativas, el Gobierno debe adherirse al programa firmado el año anterior, que incluye reducir el gasto social y limitar la emisión monetaria.
De esta forma, el organismo internacional dejó de lado sus estimaciones anteriores, que esperaban un 60% de inflación anual y de 76% medida en promedio anual. Sobre este último número, el FMI prevé, según el nuevo informe, una inflación en diciembre de 98,6%.
Desde la cartera que comanda Massa aseguran que la inestabilidad de la proyección inflacionaria se debe a que, debido a la sequía y la guerra, el BCRA deberá emitir moneda. Por ello, las cifras deberán ser actualizadas en términos nominales.
“La razón por la que tenemos esa revisión a la baja del PBI, en 2023 es muy bajo, es por la sequía masiva y estamos viendo si es (un fenómeno) transitorio. En 2024 esperamos un crecimiento del 2%”, explicó Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, al medio Infobae.
En ese sentido, indicó: “Sobre la inflación hemos visto cierto progreso, pero los desafíos nos han llevado a un aumento, desde enero del 60 al 88 por ciento desde el último pronóstico, realizado en enero”.
Asimismo, Koeva Brooks, colaborador de Gourinchas, sostuvo que “ya vimos una desaceleración marcada en el último trimestre del 2022 y la inflación al cierre del 2022 en 94,8% fue una cifra bastante alta, y vimos un repunte en enero por los precios de los alimentos”.
“Las presiones de la inflación subyacente siguen presentes por expectativas inflacionarias no ancladas. Estimamos que continuará en niveles muy elevados. Ahí entra la importancia de tener políticas monetarias y fiscales contractivas y prudentes, de acuerdo al programa con el FMI“, concluyó.