Martín Guzmán | “Argentina no puede pagar más a los acreedores”

En una columna publicada en el Financial Times, el ministro dijo que "las demandas insostenibles solo pueden generar resultados insostenibles".
Martín Gzmán anunció que Argentina no le pagará a los bonistas
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Martín Gzmán anunció que Argentina no le pagará a los bonistas

El ministro de Economía, Martín Guzmán, advirtió que el gobierno no puede pagarle a los bonistas más de lo que les ofreció en la propuesta original y dijo que sus demandas son “insostenibles”.

En una columna de opinión publicada hoy en el diario británico Financial Times titulada “Argentina no puede pagar más a los acreedores” -en la que ratificó los términos de la propuesta presentada formalmente a los tenedores el 17 de mayo pasado- el ministro sostuvo que “incluso antes de que Covid-19 golpeara, la trayectoria de la deuda del país estaba fuera de control”.

“Las demandas insostenibles solo pueden generar resultados insostenibles”, dijo Guzmán y señaló que la resolución de la crisis de la deuda en el marco de la pandemia “requiere sentido común, colaboración e ideas frescas en interés tanto de los acreedores internacionales como de Argentina”.

Los acreedores están cerca de rechazar la oferta de Guzmán y por eso el ministro escribió la columna en el diario financiero más importante del mundo.

“Ahora, Covid-19 también ha devastado las exportaciones y los ingresos fiscales. Como en cualquier otro lugar, la enfermedad ha obligado a la adopción de medidas de emergencia destinadas a mantener un sustento mínimo para los desempleados y evitar un colapso económico total”, agregó el titular del Palacio de Hacienda.

Martín Gzmán anunció que Argentina no le pagará a los bonistas

Indicó que “en estas condiciones estamos negociando con los acreedores internacionales más de $ 65 mil millones de deuda pública. Resolver la crisis de la deuda en tales circunstancias requiere sentido común, colaboración e ideas frescas en interés tanto de los acreedores internacionales como de Argentina”.

Guzmán observó que “Argentina ha sufrido una larga historia de auges, caídas y reformas económicas fallidas. La nación ha incumplido su deuda ocho veces, sufrió hiperinflación dos veces y atravesó múltiples crisis de balanza de pagos, así como 20 programas económicos respaldados por el FMI en 60 años“.

“Esa historia proporciona el principio rector con el que hemos construido el proceso de reestructuración de la deuda: proponer, de buena fe, un rediseño de nuestros compromisos de deuda para crear sostenibilidad económica a largo plazo, para que Argentina pueda cumplir y cumpla las promesas hechas a sus acreedores“, señaló .

Consideró que “a los acreedores les conviene evitar los patrones destructivos del pasado de promesas imposibles y crisis repetidas. Se acabó el tiempo de las ilusiones. En el nuevo mundo de Covid-19, no podemos seguir gastando el 20% de los ingresos del gobierno o más en pagos de deuda, como algunos acreedores han preguntado efectivamente. Es simplemente imposible”.

“Estos son tiempos muy difíciles para los tenedores de bonos, y Argentina es un anticipo de lo que vendrá para los países deudores en dificultades en todo el mundo. Pero los tenedores de bonos tienen una opción: reconocer los desafíos históricos y buscar nuevas formas de avanzar, o insistir obstinadamente en términos de reembolso miopes que parecen proporcionar retornos rápidos pero solo degradan a los países deudores y socavan su capacidad de reembolso”, remarcó Guzmán.

Martín Gzmán anunció que Argentina no le pagará a los bonistas

En la columna de opinión, sostuvo que “las demandas insostenibles solo pueden generar resultados insostenibles”.

“Seamos claros: este no es un juego de hojas de cálculo. Está en juego el destino económico de 45 millones de ciudadanos argentinos. Más del 35 por ciento de nuestra población y el 52 por ciento de los niños ya están en la pobreza”, remarcó.

Explicó que “los escenarios de pago que hemos construido requieren un espacio de respiración para permitir la recuperación económica y la reconstrucción de nuestras posibilidades de generación de ingresos“.

Resumió que “nuestra oferta incluye un período de gracia de tres años, una reducción del 5.5 por ciento en el capital de los bonos y una reducción del 62 por ciento de los pagos de intereses. Deja a los acreedores con un cupón de bonos promedio de 2.3 por ciento, en comparación con su promedio actual de 7 por ciento, que no es bajo considerando el entorno actual de tasas de interés”.

“No estamos pidiendo a nuestros acreedores que pierdan, sino que ganen menos. Forzar una mayor austeridad para pagar más no solo sería económicamente desastroso, sino también inaceptable política y moralmente y, en última instancia, insostenible”, concluyó.

*Fuente: La Política Online


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Uno de cada cuatro pesos que pagan los consumidores por carne, leche o pan son impuestos

FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) publicó su informe semestral “Composición de precios: carne, pan y leche” y analizó la estructura de valor de la cadena desde la producción hasta el consumidor. El trabajo indicó que uno de cada cuatro pesos del precio final se destinó a impuestos y que, según la cadena, los costos, los tributos y las ganancias presentaron diferentes participaciones.

En carne vacuna, en agosto el kilo promedió $12.141. Sobre ese precio, los costos representaron el 52%, los impuestos el 28% y la ganancia el 20%. Por eslabones, la cría explicó el 26%, el feedlot el 22%, el frigorífico el 3%, la carnicería el 22% y los impuestos el 28%. 

Dentro de la carga tributaria, el 77% correspondió a tributos nacionales, el 17% a provinciales y el 7% a municipales; por tipo, se destacaron IVA (34,4%) y Ganancias (32,0%), seguidos por Ingresos Brutos (13,7%). La cadena absorbió $6.320 por kilo en costos, $3.449 en impuestos y obtuvo $2.472 de resultado. En el eslabón frigorífico, el informe indicó una pérdida de $2 por kilo. Los fletes de punta a punta de la cadena representaron el 1,4% del precio (unos $175 por kilo), y el costo laboral totalizó el 11% (equivalente a $1.345 por kilo). Entre febrero y agosto de 2025, el precio al consumidor subió 19% frente a una inflación de 14,2% y los costos perdieron participación, mientras que impuestos y ganancias la ampliaron.

En pan francés, en agosto el kilo promedió $3.199 (con diferencias regionales: $3.760 en GBA y $2.111 en el NEA). La composición del precio se integró por 60% de costos, 24% de impuestos y 16% de ganancias. Por eslabones, el trigo explicó el 8%, el molino el 4%, la panadería el 64% y los impuestos el 24%. La carga tributaria se distribuyó 79% nacional, 19% provincial y 2% municipal; por tipo, prevalecieron IVA (44,4%), Ganancias (28,4%) e Ingresos Brutos (18,2%)

La cadena afrontó $1.927 por kilo en costos, $760 en impuestos y obtuvo $513 de resultado. La producción de trigo registró un resultado negativo de -$11 por kilo de pan. Los fletes incidieron 1,7% del precio (unos $53,4 por kilo) y la mano de obra totalizó 34% (unos $1.060 por kilo), con mayor peso en panaderías. El informe señaló que el precio del trigo se multiplicó por 12 entre el campo y la panadería. Entre febrero y agosto de 2025, los costos aumentaron por encima del precio del pan, lo que redujo la participación de las ganancias e impuestos en el precio final.

En leche entera en sachet (1 litro), en agosto el precio promedió $1.653. La estructura se compuso de 71% de costos, 26% de impuestos y 3% de ganancias (unos $56 por litro). Por eslabones, el tambo explicó el 28%, la industria el 26%, el comercio el 20% y los impuestos el 26%. La carga impositiva se repartió 79% nacional, 17% provincial y 4% municipal; por tipo, IVA concentró el 67,9% y Ingresos Brutos el 16,3%. La cadena afrontó $1.175 por litro en costos y $422 en impuestos. Los fletes representaron el 6,5% del precio (unos $108 por litro), y la mano de obra totalizó el 18% (unos $299 por litro), con mayor peso en el comercio. 

En el tambo, el precio promedio pagado fue de $474 por litro, los costos estimados ascendieron a $479 y los impuestos a $8, por lo que el resultado fue negativo en $13 por litro. El informe consignó que el precio se multiplicó por 3,5 entre el campo y la góndola y recordó que la leche tributó 21% de IVA, a diferencia de carne y pan, que aplicaron 10,5%.

Respecto de los granos, el maíz explicó el 8% del precio final de la carne bovina y el 4% del de la leche; en el pan francés, el trigo explicó el 9% del precio. Con base en los coeficientes oficiales de conversión y los precios de agosto de 2025, FADA estimó que, en promedio, casi el 90% del precio de estos productos respondió a otros componentes (costos diversos, márgenes e impuestos).

“Uno de cada cuatro pesos que pagan los consumidores por carne, leche o pan son impuestos”

La economista de FADA Antonella Semadeni explicó la metodología: “Distinguimos entre los costos de producción, los impuestos y las ganancias de cada uno de los eslabones de la cadena”. 

En términos generales y en promedio, el 60% del precio que paga un consumidor son costos de producción, el 15% son las ganancias sumadas de toda la cadena y el 25% son impuestos. Es decir, uno de cada cuatro pesos que pagan los consumidores por carne, leche o pan son impuestos”.

Para graficarlo, agregó: “Supongamos, vamos a la carnicería, compramos un kilo de carne, bueno, de ese kilo de carne que yo pago, 250 gramos los estoy pagando en concepto de impuestos. Lo mismo en el caso de la leche, yo compro un sachet de leche de un litro, un vaso que me tomo, de los cuatro que me voy a tomar, uno son impuestos. Y lo mismo en el caso del pan, voy a la panadería, compro cuatro pancitos, uno que estoy pagando son impuestos”. 

Al analizar el rol del Estado en la cadena, planteó que “funciona como una especie de eslabón más, que se lleva más que el resto de los eslabones, y no cría el animal, no transporta, no vende, no asume riesgos, no invierte, no madruga, por así decirlo, pero cobra el 25% de cada precio final”.

PYMES EN ROJO | Recesión consolidada, fuerte caída del consumo y amenaza de cierres masivos

El Radar Pyme del tercer trimestre de 2025, elaborado por la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales (ENAC), reveló que la economía argentina atraviesa una recesión consolidada, con ventas en baja, salarios depreciados y costos en alza. Según el informe, el 40,4% de las pymes reportó malas ventas y seis de cada diez trabajan sin ganancias.

El estudio advierte que “la economía argentina continúa sin señales de recuperación” y que el sector productivo nacional “opera por debajo de su capacidad real”. La utilización promedio del aparato productivo fue de 54,6%, cifra considerada preocupante por la entidad. En la industria, el nivel fue de 54,7%, por debajo del umbral del 60% que se asocia a un uso saludable de la capacidad instalada.

La encuesta, realizada entre más de 1.000 pequeñas y medianas empresas, muestra que el 88% enfrentó aumentos de costos y el 74% debió subir precios, aunque sin poder trasladar completamente la inflación. En el sector industrial, el 45,9% de las firmas registró fuertes caídas en las ventas, lo que confirma el deterioro del mercado interno.

El presidente de ENAC aseguró que “el consumo se derrumba”

El presidente de ENAC, Leo Bilinski, advirtió que “el 13% de los empresarios evalúa cerrar antes de fin de año”, ante un escenario de demanda deprimida y suba constante de costos. “Las familias están endeudadas hasta el 130% de sus ingresos y el consumo se derrumba”, detalló el dirigente.

En el frente laboral, solo el 17,1% de las firmas incorporó personal, mientras que un 19,7% despidió trabajadores. En la industria, los despidos trepan al 28,8%, con un resultado neto de -2,99% en el empleo pyme durante el trimestre.

El financiamiento, lejos de destinarse a inversión, se volvió una herramienta de supervivencia. El 21,3% de las empresas se endeudó para pagar impuestos y el 20,5% para cubrir salarios o aguinaldos.

A su vez, el 59% de las firmas denunció demoras en los pagos de clientes y el 47% más incumplimientos, generando una asfixia de liquidez: las pymes financian a sus compradores a 37 días, pero pagan a proveedores en 30.

Las expectativas hacia el futuro tampoco son alentadoras. El 76% de los empresarios cree que la economía seguirá empeorando y el 65% no planea invertir en el próximo trimestre. Entre los principales obstáculos, destacan la caída del mercado interno (75%), la pérdida de rentabilidad (55%) y la apertura de importaciones (43%), factores que, según ENAC, “amenazan la supervivencia de miles de pymes en todo el país”.



*Fuente: Diario Ámbito Financiero

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