Este viernes el gobernador de Provincia de Buenos Aires que va en búsqueda de su reelección en la elección de este fin de semana, Axel Kicillof, quedó en el centro de la escena tras ser señalado por el periodista Diego Laje, como un funcionario que tiene “problemas con el consumo de sustancias”. Como es de público conocimiento, en la mayoría de los eventos que encabeza el mandatario provincial suelen haber ciertos furcios y actitudes que son justificados por la presunta “personalidad” del mismo y la vehemencia del momento, pero estos no parecen ser los motivos según denunció Laje.
A través de redes sociales, el comunicador que ahora ejerce su labor desde norteámerica expresó: “¿En algún momento alguien va a hablar sobre el político de altísimo perfil oficialista con un problema de abuso de sustancias?, ¿O vamos a seguir haciendo de cuenta que es normal estar más duro que una estatua en un acto público?“. Sin nombrar a Kicillof, varias docenas de usuarios salieron a apuntar contra el gobernador predilecto de Cristina Kirchner, y Laje les dio la razón.
“No da para más omitir el tema. Ya estamos en la etapa en la que el tipo necesita ayuda. Se nota, está cada vez peor”, insistió el periodista.
En el mismo hilo, un internauta sugirió que los políticos deban ser sometidos por ley a un análisis psicofísico para resguardar la democracia y para cuidar a los propios dirigentes. “Lo curioso es que vos queres tomar empleo temporario en un kiosco y te hacen el psicofísico. La Nación te da la responsabilidad de comandar el futuro de millones, tomar decisiones en crisis, estar a cargo de cuerpos armados y un largo de etcéteras, y no necesitas ningún test”, respondió el periodista en un claro tono de molestia.
Es ese sentido, Laje pidió “mirar con atención” y clamó porque se ayude al gobernador: “No es normal que un tipo joven se confunda las palabras, actúe de repente a los gritos en un acto. Son varios indicadores. Ya es tiempo de empezar a hablar del tema”.
Por otro lado, varios usuarios se hicieron eco de estas palabras y otros, en tanto, recordaron varios inconvenientes que tuvo Kicillof en los últimos años, desde los errores geográficos hasta la confusión de palabras. “Cualquier adicción es mala. Si fuera un ciudadano común vaya y pase, pero si son funcionarios públicos, ¿están aptos para cumplir su cargo? Es un tema difícil porque te pueden culpar de estigmatizar”, analizó una vecina bonaerense.
También hubo quienes se solidarizaron con el gobernador alegando que “las adicciones son temas privados”, a lo que Laje respondió: “Sí, para la ciudadanía lo es. Para el funcionariado, no. Si cobra del erario público y tiene funciones, no es privado. La Constitución es recontra clara en cuanto a derechos y deberes de ciudadanos y funcionarios. Los diferencia con una ‘alta medianera'”, concluyó.