Se ha anunciado la conformación del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Vía Pública, siendo designado como titular Fabián Giannotta, quién anteriormente lideraba la barra brava del club Estudiantes de La Plata. Este organismo representa a empleados que se desempeñan en diversas actividades en la vía pública, como limpiavidrios, lustrabotas, manteros y cuidacoches.
El nombramiento de Giannotta como secretario general ha generado controversia debido a su pasado vinculado con grupos violentos en el ámbito del fútbol. Sin embargo, el sindicato ha expresado su “confianza” en su liderazgo y capacidad para representar y defender los derechos de los trabajadores de la vía pública.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Vía Pública tiene como objetivo principal “mejorar las condiciones laborales de estos trabajadores”, así como garantizar su seguridad y protección. Buscará negociar convenios colectivos, promover la capacitación y formación, y brindar asistencia y apoyo a los afiliados.
La “inclusión” de limpiavidrios, lustrabotas, manteros y cuidacoches en este sindicato busca otorgarles una voz colectiva y representación en el ámbito laboral. Se espera que esta iniciativa contribuya a regularizar su situación laboral y promover su “integración” en el sistema formal de trabajo.
LA CONDENA CONTRA GIANNOTA
Bien representados, los artistas callejeros optaron por el ex líder de la barra brava de Estudiantes que también fue condenado a 15 años de prisión por el crimen de Andrés Maldonado, un joven al que se cruzó a la salida de la discoteca Alcatraz, en La Plata.
Si bien la defensa de Maldonado había solicitado una condena de 25 años, finalmente la Justicia lo condenó a 15 años de prisión. “No puede ser que sólo le dieron 15 años por la vida de Andrés… El que lo mató es un hombre que ya tuvo antecedentes por haber estado en una tribuna en la hinchada de Estudiantes con un revolver, donde una persona resultó herida, no lo puedo creer”, expresó una de las hermanas de la víctima en mayo del 2011.
Lo que resulta inaudito es que el delincuente no solo no haya cumplido la totalidad de su condena sino que sea “premiado” con un cargo representativo.