Desde hace algunos meses, la estructura ministerial de la provincia de Buenos Aires, y principalmente el gobernador bonaerense Axel Kicillof, vienen planificando la estrategia para el próximo año.
En ese marco, hay algunos puntos clave que el Frente de Todos (FdT) buscará diagramar en el largo camino hacia una reelección que asoma cada vez más complicada. Las posibilidades de un segundo mandato para el FdT no subyacen principalmente en el potencial opositor, sino por el contrario en las propias falencias de la gestión.
Más allá de lo ocurrido en territorio bonaerense, lo cierto es que Axel Kicillof está atado a los tropiezos del presidente Alberto Fernández y su figura se convirtió en un salvavidas de plomo sumamente pleno.
Es por ello que puertas adentro se plantean distintos escenarios para intentar repetir lo conseguido en 2019, donde el actual oficialismo arrasó en las urnas. Está claro que la situación no es la misma ni por asomo y en los tres años de la administración del ex ministro de Economía hubo pocos avances significativos que garanticen una victoria.
En contraposición, lo que pasó en las elecciones de 2021 donde en la provincia se impuso Juntos por el Cambio (JxC) representando en Diego Santilli y con el apoyo radical de Facundo Manes, el trayecto para el FdT pareciera ser cuesta arriba.
Para achicar al mínimo el margen de error, una de las maniobras que se pensó es la suspensión de las PASO, no solamente para tratar de acordar sin demasiados heridos y así evitar las internas, sino también con el propósito de saltarte una penosa realidad que pudiera reflejar esa gran encuesta pública. En esa vía comenzaron a tejerse los primeros encuentros para consensuar los movimientos a seguir.
En ese marco, Kicillof mantuvo un encuentro a puertas cerradas con el presidente del PJ Bonaerense y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner. El cónclave que se llevó a cabo en la Gobernación, del cual participaron también otros dirigentes de peso en la estructura peronista, ofició de una primera reunión para acercar posturas y delinear las estrategias.
Pero, más allá de lo que suceda con las primarias, todavía no está resuelto si el gobernador irá o no por un segundo mandato. Para empezar a despejar las dudas, un grupo de intendentes inició el operativo clamor pidiendo que Kicillof se presente nuevamente como cabeza de lista.
Desde el FdT saben que deberán “provincializar” los comicios para retener el distrito más importante y con más caudal de votos en el país. La Primera y la Tercera Sección Electoral, bastiones históricos del peronismo, serán fundamentales para revertir la balanza hacia uno u otro lado, y por ello se piensa en una especie de blindaje a los alcaldes.
Del otro lado de la cancha, precisamente en JxC, por el momento se calmaron un poco las aguas y las diferencias se fueron remediando. Aun así y ante la debilidad oficialista, son varios los referentes que se anotan para competir por un lugar en la provincia. Estos incipientes lanzamientos son los que más calientan la interna entre los que se destaca el propio Santilli.
Lejos de andar con medias tintas, el colorado salió con los tapones de punta y vaticinó que a Kicillof “le voy a ganar porque el territorio bonaerense debe transformarse”. El diputado nacional es el alfil de Horacio Rodríguez Larreta para ganar en la provincia y reforzar sus propias ambiciones en el camino hacia la Presidencia de la Nación.
Mientras el radicalismo todavía busca definir su candidato, quienes se disputan el lugar en la lista son Santilli y el ex ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, quien ya manifestó públicamente en varias ocasiones su intención de competir. Para bajar la tensión, la semana pasada se mostraron juntos caminando por Pinamar en un encuentro de campaña encabezado por Rodríguez Larreta.
Por ahora, en el tablero opositor las fichas se van adecuando para jugar el año que viene y sientan la comodidad de los propios errores cometidos por el Frente de Todos. Hasta que se acerque la fecha de definiciones, los amarillos y la boina blanca parecen fumar la pipa de la paz con el único objetivo de desplazar al kirchnerismo.