El lema convocante fue “ELLOS O NOSOTROS”, e inmediatamente encendió las alarmas en la dirigencia de Juntos por el Cambio, no sólo por la cantidad de participantes sino también porque muchos de ellos portaban banderas amarillas.
La reunión se pareció más al show de una banda que a un acto político tradicional. El economista adoptó un tono de pastor laico, con un discurso lleno de desafíos e insultos hacia la izquierda “empobrecedora”, que tuvo como eje programático afirmaciones tales como “Hay que derrumbar el modelo defendido por la casta política” o “Tenemos que sacar a los políticos con patadas en el culo”.
El acto fue una especie de éxtasis de la antipolítica. El candidato libertario lanzó permanentemente descalificaciones hacia lo que definió como una “casta que lo único que ha generado es transformar el país más rico del mundo en uno de los países mas pobres del mundo”.
“Les pido que nos acompañen en esta revolución moral, para ir a una sociedad que quiera vivir con el fruto de su trabajo. Primero estamos los que nos rompemos el orto laburando, no la casta política. No es una tarea fácil, pero yo no vine acá a guiar corderos, yo vine acá a despertar leones”, convocó Milei, generando la algarabía de los presentes.
Los participantes llevaban banderas libertarias, pero lo que generó la alarma en la dirigencia de Juntos por el Cambio fue la multiplicación de otras de color amarillo, lo que fue interpretado como un riesgo cierto de que muchos de los votantes de la coalición opositora en las elecciones anteriores, tras el fracaso del gobierno de Mauricio Macri, podrían volcarse a respaldar una propuesta mucho más radicalizada, y con ideas más férreas.
VIDAL CAE EN LAS ENCUESTAS:
Ya las encuestas dan cuenta de una caída llamativa en los indicadores de Juntos por el Cambio en la CABA, y, sobre todo, de las malas mediciones que viene obteniendo María Eugenia Vidal a consecuencia de sus constantes saltos de distrito electoral. De ese lado de la grieta política -y, sobre todo, los más radicalizados y los jóvenes- aducen que la candidata privilegia su carrera personal a su compromiso político con la coalición o con los distritos, según confirman los encuestadores.
A través de una consecuente tarea de instalación mediática, Javier Milei ha conseguido un altísimo nivel de conocimiento entre los porteños, y parece haberse convertido en la “gran esperanza” de los jóvenes y del sector más radicalizado de Juntos por el Cambio, que fue desplazado por el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. El apartamiento de las listas de Patricia Bullrich, por ejemplo, parece haber generado una migración significativa de votantes hacia opciones más extremas, como Ricardo López Murphy o el propio Milei, a poco más de un mes para la realización de las PASO.
Esa migración parece confirmarse en el acortamiento de las distancias entre los indicadores de Juntos por el Cambio y los del Frente de Todos. Mientras que los de esta última coalición se mantienen en los niveles de 2019, los del oficialismo porteño muestran una caída significativa.
Si bien la victoria de la lista oficialista en la CABA no parece estar comprometida, preocupa su retroceso en cuanto al número de bancas que obtendrán en esta renovación electoral.
Y aunque el Frente de Todos inicialmente pueda verse beneficiado por ese retroceso, tampoco tiene nada para festejar, ya que también confirma lo que es una constante: la pérdida de su respaldo en toda la trama social y, sobre todo, en aquél sector en el que supo tener un predominio incuestionable: la juventud.
En el discurso de ambas coaliciones se evidencia la ausencia de utopías sociales y de propuestas superadoras concretas. Una coincidencia que podría beneficiar a los candidatos y sectores más doctrinarios en medio de una gravísima súper crisis que ya lleva al menos cuatro años.
[cm_ad_changer campaign_id=”6″]