En el 2020, en plena cuarentena por pandemia de covid 19, Camille Kiefel, de Estados Unidos, comenzó a replantearse su identidad de género, no se sentía cómoda con sus senos que indicaban al mundo que era una mujer cuando en realidad no se sentía así. Desde entonces comenzó a indagar y avanzó médicamente para poder realizarse una operación con la que pretendía cambiar su vida.
Kiefel se reunió dos veces (vía Zoom debido a la cuarentena) con médicos y terapeutas, quienes entendieron y avanzaron con su pedido, extirpar sus senos. Recordemos que, ningún médico y/o especialista mental pueden ir en contra de la autopercepción de un individuo o podría ser denunciado por transfóbico o homofóbico y perder su trabajo.
Ahora, luego de dos años de la operación, Camille se arrepintió y está avanzando judicialmente contra los médicos, clínicas de género y terapeutas a quienes le reclaman que avanzaron muy rápidamente y no se percataron de que ella no estaba bien mentalmente.
“A veces, en la ducha, me doy cuenta de que se han ido. Sólo tengo cicatrices”, Camille Kiefel.
La joven de aquel entonces tenía 30 años y se autopercibía no binaria, pero ahora con 32 años dice estar “mejor mentalmente” lo que la ha llevado a darse cuenta que la cirugía fue un error.
Kiefel está demandando a su trabajador social, terapeuta y las clínicas de género en las que ellos trabajan, Brave Space Oregon y Quest Center for Integrative Health, por una suma de 850 mil dólares por daños irreparables.
“Era tan disfuncional y solo quería algo que me ayudara. Pensé que sería más feliz”.