Concejal de la capital por obra y gracia del voto a la derecha, alumna de la escuela de la diputada nacional Virginia Cornejo, la joven edil Agustina Álvarez se pasa las sesiones criticando sin mucho argumento la gestión municipal, aunque proyectos de nivel no presentó hasta el momento.
De cara a las elecciones del 2023, se espera que sea una de las candidatas a renovar su banca por la fuerza macrista, aunque muchos dudan de su capacidad y la comparan, salvando las diferencias, con Candela Correa que, al menos, tenía algo de esperanzas de renovar su banca encabezando nuevamente una lista, lo que finalmente no ocurrió.
Con solo 28 años, los que la convierten en la concejalía mujer más joven de la camada entre los años 2021 y 2023, Agustina Álvarez llegó en diciembre del año pasado con una gran expectativa en su espalda. Luego de haber sido electa en el mes de agosto, ella misma anunciaba en los medios que trabajaría para darle un mayor protagonismo a la juventud en la vida política y, por ese entonces, se hacía eco del escándalo de Soledad Gramajo, la “concejal etílica”.
Gramajo es quién había sido expuesta en redes sociales por conducir un vehículo en estado de ebriedad, encima de otra persona, en tiempos en los que era jueza del Tribunal de Faltas de la Municipalidad de Salta. Ya asumida en la banca, la participación de los jóvenes en la política local de su mano fue escasa sino nula, y la supuesta insistencia en la renuncia de la edil por conductas antiéticas finalmente nunca llegó.
Por el contrario, solamente se dedicó a seguir los pasos de uno de sus mentores, el cabeza de lista José Gauffín, quién solo sabe despotricar contra la Municipalidad y la intendente Bettina Romero, sin proponer soluciones concretas a las miles de demandas que tienen los más de 700 mil salteños que habitan la capital provincial.
Fue tan pobre la gestión como concejal de Álvarez, que lo más resonante de su carrera política fue haberse olvidado una notebook personal en un taxi, lo que derivó en un operativo implementado por gremialistas que se solidarizaron con ella, y lograron que el artefacto electrónico vuelva a sus manos.
De hecho, desde el equipo de prensa que tiene el PRO en Salta, no se conocen aportes que haya realizado la joven edil más allá de alguna declaración en el segmento de manifestaciones dentro del Concejo Deliberante. De hecho, fueron los mismos vecinos de la Ciudad de Salta quiénes le reclamaron que, en vez de quejarse y opinar en redes sociales por la actualidad de la ciudad, se dedique a recorrer los barrios.
Mientras criticaba el presupuesto municipal en Twitter, otro usuario de la red social del pajarito le recriminó que no salga del centro. “Pasa que usted concejala solo recorre el centro. Le aviso que la ciudad también somos los barrios. Yo soy de Unión. ¿Lo conoce? Perdón, me di cuenta que hice una pregunta obvia. No nos conoce. Por la zona norte al fondo”, fue la dura respuesta que recibió.
Con este panorama adverso, sin intenciones de voto dentro del electorado, con pocas esperanzas de reelección y nulas chances de encabezar una lista, con la enseñanza de Victoria Cornejo que tampoco es lo más empírico en materia de función pública, y con más gritos y quejas que proyectos concretos, Álvarez se postula como una de las múltiples caras que podrían coronarse como “fracaso 2023” tras los comicios de mayo próximo.