Increíble pero real. La situación de los pacientes oncológicos en la provincia que conduce Axel Kicillof es realmente angustiante. Desde IOMA, la mutual de “las y los bonaerenses” –según reza el eslogan oficial-, hasta los ciudadanos en condiciones vulnerables que no tienen cobertura médica ni jubilación sufren el deficitario servicio. Este último sector necesita imperiosamente del estado, y es el Banco de Drogas provincial –que depende de la cartera sanitaria liderada por Daniel Gollán– quien debe suministrar la medicación correspondiente.
El caso de Francisco Aguilar expone el triste panorama de las personas con enfermedades terminales. El ensenadense tiene cáncer de riñón y depende de dos dosis diarias de Pazopanib 400 miligramos, una medicación vital para continuar con su tratamiento. Sin embargo, desde hace cuatro meses está haciendo lo imposible para conseguirla ya que las autoridades bonaerenses “aún no la han comprado”, aseguró en diálogo con REALPOLITIK Alejandra Machado, quien aporta su cuota solidaria para conseguir donaciones.
Ella, sin ayuda de fundaciones ni de partidos políticos, y siendo una paciente de cáncer en remisión, es decir con síntomas prácticamente nulos, se dedica a ayudar a quienes están cursando esta dura enfermedad. “Empecé a preocuparme cuando, en los hospitales, hablaba con gente que no recibía medicación y mediante mi teléfono más mis redes sociales, intento dar una mano”, contó brevemente sobre su historia personal abocada a ser el puente entre los enfermos y su tratamiento.
Con respecto a estos casos, afirmó que “no son aislados” ya que “constantemente” acuden a ella. “En general me mandan porque no tienen a quién recurrir ni tampoco cuentan con dinero para iniciar un recurso de amparo”, aclaró sobre el cuadro de desprotección que afrontan los que menos recursos económicos poseen. En este sentido, criticó al gobierno bonaerense: “Hay otras patologías aparte del COVID pero no les dan bolilla”, aseguró.
Volviendo al caso particular de Aguilar, indicó que “se está muriendo en vida” ante el tratamiento irregular que atraviesa. “Él tiene que cumplir con 800 miligramos por día pero dependiendo de las donaciones a veces tiene que recortarlo para hacerlo durar”, explicó. En tanto, agregó: “Lo mantenemos con estas donaciones, pero esta situación es tan crítica que ya no llegan como antes”, añadió.
La antesala de este cuadro de salud fue en mayo, cuando “terminó internado y lo medicaron en el hospital Horacio Cestino de Ensenada”. Allí, según relató, le dijeron que “vaya a su casa y haga el trámite del ministerio de Salud” para recibir la medicación adecuada. No obstante, desde el Banco de Drogas se repite el mismo discurso: “No hay porque no les pagaron a las farmacias”, sostuvo y prosiguió: “Están vacíos, es terrible, y la gente sigue buscando de hospital en hospital”.
Además, cuestionó a la gestión por “no aplicar” el Plan Provincial de Control de Cáncer (PPCC), destinado a contribuir a la prevención, detección, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. En cuanto a su experiencia personal comentó que es “tristísimo” no tener medicación y saber que “te toca la quimioterapia”, a lo que describió con la inestabilidad propia de los pacientes oncológicos: “De semana a semana cambiás un montón, te bajan las defensas y te ponés anémica”.
Por último, insistió con el pedido de ayuda para Aguilar y remarcó las pocas fuerzas que le quedan: “Se me empiezan a cerrar las puertas porque estoy sola”, aseguró.
*Fuente: REALPOLITIK