Luego de casi dos años y medio de gestión, los resultados que tiene para mostrar la ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, Estela Díaz, concluyen como “decepcionantes” para gran parte de la administración oficial.
Poco y nada se pudo avanzar en concreto para terminar o, al menos, disminuir la violencia de género en el territorio bonaerense. Lejos de las medidas que solicitaron las víctimas, como más tobilleras electrónicas para sus agresores, el ministerio de las Mujeres quedó relegado a poco más que reuniones, actos, asambleas y conversatorios pensados para despertar atención sobre la temática. Poco, muy poco, ante la emergencia de las víctimas.
En este contexto, la subsecretaría de Políticas contra la Violencia de Género decidió contratar un servicio de supervisión externa. Para ello, lanzaron una contratación directa para la que eligieron dos profesionales: Ana María Fernández y Verónica Elizabeth Ceneri.
Fernández se hizo conocida en marzo del 2021, cuando Patricia Bullrich dio a conocer un video en el que se muestra a la psicóloga de la Universidad Nacional de La Plata advirtiendo que “el macrismo puede ganar el centro de estudiantes”. El repudio para Fernández llegó de manera inmediata. “Chicos, en Psicología no. No se olviden de ir a votar, por favor. Voten bien. No me voy a hacer la democrática diciendo que lo importante es el ejercicio del voto. Me quedé impresionada. ¿Hace muchos años que eso no pasaba? ¿Ganaron las del consejo directivo también? ¿Y fueron limpias?”, pregunta Fernández en el vergonzoso video.
Ceneri, por su parte, se presenta a sí misma como “psicóloga, feminista con perspectiva de género y colorada cis hetero en pareja”. Entre sus declaraciones más célebres, figuran “Estoy harta de los ricos” y su propuesta de “regalar la Capital Federal a Uruguay”.
En la licitación lanzada por el ministerio de Mujeres, Fernández ofreció hacer su trabajo por $1.900.000. Ceneri, de salir elegida, cobrará $1.890.000. Nada mal para asesorar a un ministerio que peca de anacrónico pero debe justificar su existencia.
*Fuente: REALPOLITIK
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