El mismo día en el que se difundió la inflación del 6,6 por ciento, en el kirchnerismo tomó forma la idea de romper el Frente de Todos e ir a las elecciones con su propio espacio. Hartos de Alberto Fernández, con sus dirigentes pronunciándose en cada declaración como si no fuesen parte del Gobierno sino de la oposición, críticas mucho más severas que los rivales de Juntos, y ahora, desilusionados con la gestión económica de Sergio Massa, que sigue acordando con el FMI.
Así está La Cámpora y el kirchnerismo. Incluso empezando a señalar, todavía por lo bajo, supuestos actos de corrupción en áreas controladas por el albertismo, como el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, donde Santiago Maggioti, hombre cercano al Presidente, es mirado con mucho recelo.
¿Se reactivaría Unidad Ciudadana?
El rumor ya circulaba, pero era difuso, las fuentes habitualmente consultadas del kirchnerismo lo descartaban, pero ayer las mismas empezaron a aceptar que existe la posibilidad, cada vez mas intensamente, de que Cristina Fernández de Kirchner decida romper el Frente de Todos en las próximas elecciones, y relance su partido Unidad Ciudadana para competir en agosto y octubre.
No sería candidata a Presidente claro, iría en la boleta de senadores por la provincia de Buenos Aires, pero obtendría interesantes efectos. Le daría impulso a un candidato “kirchnerista de paladar negro”, que, lo saben, no podría ganar, pero Cristina empezaría a erigir un líder sucesor y a transferir algo de sus votos cautivos.
“No podemos salir a compartir la boleta con este pobre tipo (se refiere al presidente Alberto Fernández), y ahora tampoco con Sergio Massa. Le toleramos cosas por las que a (Martín) Guzmán lo hubiésemos corrido hasta la casa, pero le está saliendo todo mal. Hay que esperar un mes más, otro número de la inflación, y si sigue así, empezar a tomar distancia retórica también de Sergio”, aseveró una alta fuente del Gobierno a Data24.
La campaña que piensan en La Cámpora es fuertemente confrontativa, incluso cobrándose algunas venganzas. Los incomoda mucho el funcionamiento del mencionado Ministerio de Desarrollo Territorial. Dicen que el anterior titular de la cartera, Jorge Ferraresi, hoy regresado a la intendencia de Avellaneda, “se hace el kirchnerista”, y quien ahora es el titular, el mencionado Maggioti, apuesta a ser albertista.
Por otro lado, causó indignación la entrega por parte de Ferraresi de más de 100 heladeras al Movimiento Evita de Emilio Pérsico, enemigo acérrimo de La Cámpora. Los electrodomésticos están claramente destinados a hacer campaña y eso disparó la furia de los cristinistas.
El peronismo y su apuesta por Milei
Al margen de esa indignación, el kirchnerismo sabe que dividir los votos oficialistas los puede sacar del balotaje. Si Cristina se lleva su 20 o su 25 por ciento a Unidad Ciudadana, deja al resto del oficialismo en guarismos cercanos al 10 y puede que ninguno de los dos, entre a la segunda vuelta, franqueándole el camino, nada menos que a Javier Milei.
“Y si claro que es posible, y lo pensamos, pero tal vez sea mejor que Milei termine siendo Presidente, dura 3 meses y nos vienen a buscar a nosotros“, dice con una media sonrisa otra fuente K. Es verdad que el gran temor de Juntos es enfrentar al peculiar economista en la segunda vuelta, que el peronismo no tenga representante en esa instancia, pero que todos sus votos se vuelquen al libertario.
Según los razonamientos del kirchnerismo: “Milei anda cerca del 20 por ciento propio. Si el candidato de ellos es (Horacio Rodríguez) Larreta, los votos de (Patricia) Bullrich pueden fugar a Milei en buena parte y eso lo empujaría a la segunda vuelta con el peronismo partido. Después, es cuestión de ordenar la tropa y mandar a todos a votarlo en el balotaje. Nos sacamos de encima a Juntos y este pibe no tiene como gobernar”, repite una nueva fuente lo mismo que la anterior, incluso, coincidiendo en el plazo que resistiría el economista en el poder.
Cristina y sus seguidores no quieren quedar pegados a una gestión por la que se sienten traicionados. “Si claro que somos el mismo Gobierno, a este tipo lo puso ‘La Jefa’. Pero le jugó por atrás en todos los sentidos de la palabra. No hubiésemos hecho nada de todo esto y necesitamos que quede muy claro”, indica un funcionario bonaerense partidario de “romper todo”.
Parece que el punto de inflexión está en la próxima medición de inflación, pero también es cierto que el ambiente está tan caldeado que cualquier chispa puede adelantar la toma de decisiones finales. No hay contemplaciones para el Presidente en esta batalla: “Le duele la espaldita a este tarado ahora”, se burla el bonaerense para cerrar el diálogo.