Marcela Acuña, una de las principales detenidas por el asesinato de Cecilia Strzyzowski, la joven de 28 años posiblemente calcinada en un campo en la ciudad chaqueña de Resistencia, difundió al menos 2 nuevas cartas y en una de las mismas escribió que ni ella ni su esposo, Emerenciano Sena, tienen “las manos manchadas de sangre”. Mientras que en la otra volvió a apuntar de manera directa contra su propio hijo, César Sena, al asegurar que lo encubrió en el hecho.
De ese modo, intenta desligar de responsabilidades a su pareja. En ningún momento aclara qué pasó con Cecilia ni tampoco dónde está el cuerpo de la víctima. En tanto, el Equipo Fiscal Especial dispuso la apertura de los sobres de los hisopados sobre los vehículos de los detenidos César Sena, pareja de la víctima, y de su asistente Gustavo Obregón, con el objetivo de determinar si las manchas halladas dentro de los mismos son restos de sangre humana y, luego, si pertenece a Cecilia.
En una carta dirigida a la comunidad, Acuña escribió: “Bajo ningún concepto, dado todo punto de vista, ni Emerenciano ni yo tenemos las manos manchadas con sangre, no hay antecedentes, ni historias que puedan justificar semejante barbaridad”. Anteriormente, Acuña escribió otra carta, fechada el 14 de julio y publicada por el portal del Diario Norte, que está dirigida directamente a su esposo, en la que le dice que siente que lo defraudó por “cubrir a César”.
La estrategia de la mujer parece buscar desligar a su esposo del asesinato de Cecilia. Por eso, escribe: “Te quiero mucho Emerenciano, te pido que tengas la valentía de siempre, la que enseñaste y que hoy me mantiene firme en mis convicciones y en el amor. Sabés, me siento muy triste, pienso en César en todo lo que estará pasando y sufro mucho, pero dejo en manos de Dios y la Virgen que me lo cuiden hasta que pueda salir de aquí“, expresó la mujer.
“Siento que te fallé por cubrir a César, y no puedo vivir con eso”, le confiesa Acuña a su esposo. Y agrega en otro tramo: “Ojala pronto llegue tu libertad. Yo no, yo lo cubrí a César, lo protegí. Te oculté para no involucrarte y salió todo mal, y mucha gente inocente está presa, empezando por vos“.
Cecilia fue vista por última vez a las 9.16 de la mañana del 2 de junio último, cuando una cámara de seguridad registró su ingreso en compañía de su marido, a la casa de sus suegros, Emerenciano y Acuña, en la calle Santa María de Oro 1460, de Resistencia.
Según la resolución de los fiscales, Cecilia fue asesinada entre las 12.13 y las 13.01 en una de las habitaciones de la casa aparentemente por estrangulamiento en momentos en que se hallaba junto a César, Emerenciano y Acuña. Su cuerpo fue luego trasladado por Obregón y César Sena envuelto en una frazada a bordo de una camioneta hasta la chanchería, propiedad de los principales imputados, donde fue calcinada.
Finalmente, sus restos fueron esparcidos en distintos sectores, entre ellos junto a una de las márgenes del Río Tragadero, que linda con la chanchería de los Sena.
Además de los 3 integrantes del denominado Clan Sena, por el caso permanecen con prisión preventiva Obregón y su esposa Fabiana González (ambos asistentes de los Sena), y Gustavo Melgarejo y su mujer Griselda Reinoso (caseros de la chanchería, propiedad de los principales acusados del asesinato).
Los fiscales imputaron con prisión preventiva a la familia Sena por el delito de “homicidio triplemente agravado por el vínculo, por femicidio y por el concurso premeditado de dos o más personas”, mientras que a los restantes acusados por el “encubrimiento agravado” del hecho.