No resulta extraño que durante sus numerosos discursos públicos, el gobernador Axel Kicillof se vea impelido a aclarar, una y otra vez, que no tiene nada contra el sector privado. Sin embargo, la ausencia de su gestión en el mercado de auxilio a este sector o la agobiante carga tributaria que pesa sobre él en la provincia de Buenos Aires, parecieran desmentir sus afirmaciones.
Un repaso por su escueta trayectoria en el mercado laboral privado puede tal vez aclarar el origen del distanciamiento y, eventualmente, el rencor del gobernador Kicillof para con el sector. Casi como una tarea psicoanalítica, el origen de la mala predisposición puede encontrarse en un pasado signado por el fracaso personal.
La llamativa declaración jurada del Gobernador Kicillof
kicillof-2023-1Su corta carrera en el mercado privado fue atravesada por intentonas sin mayor éxito y trabajos ingratos, como cuando fue docente auxiliar en cursos de lenguajes Basic, en el Instituto Politzer de Computación, o cuando fue empleado en el Centro de Estudios Urosexológicos y Andrológicos (CEUSA).
Alejado de lo que luego sería su carrera política, Kicillof ensayó además como empleado en el Centro de Educación, Terapia e Investigación de la Sexualidad y hasta en una clínica de cirugía plástica. En ningún caso llegó a destacarse.
Su fracaso más estruendoso en el ámbito privado es, tal vez, sus poco atractivos dotes como escritor. Tan prolífico como frustrado, Axel Kicillof escribió numerosos libros. Entre ellos, “Diálogos sin corbata“, “Y ahora ¿qué?” y “Volver a Keynes“. Ninguno fue, por llamarlo de algún modo elegante, un best seller.
De hecho, el mismo Kicillof, en su declaración jurada del año 2023, admite que sólo percibió en conceptos de derechos de autor unos 10.695 pesos en los últimos doce meses. Un resultado preocupante para cualquier aspirante a escritor profesional que nos retrotrae a aquella ocasión en la que el gobernador confesó: “Me recibí de licenciado sin haber leído un solo libro”.
Fueron tal vez estos tragos amargos los que dieron nacimiento a un Kicillof poco amigable con el sector privado, casi un enemigo rencoroso que busca reivindicar por las malas a un ego herido en su sensibilidad. Algo de esto se dejó traslucir ya durante su gestión como viceministro de Economía, en el año 2012, cuando embistió contra los empresarios lanzando el decreto 1278/2012, a través del cual le otorgó a los funcionarios que representan a la ANSES más privilegios y menores obligaciones que sus pares del sector privado en las empresas que tenían participación del estado.
La derrota y el fracaso son flacos amigos del frágil ego de los dirigentes políticos. Años de preparación académica que chocan de frente contra el competitivo sector privado y dejan heridas que tardan años en sanar. El currículum del gobernador Axel Kicillof es un fiel reflejo de esto.
*Fuente: REALPOLITIK