Apareció un nuevo caso de arrepentimiento de una joven trans en Estados Unidos, que ha llegado a denunciar al hospital y a los médicos que le extirparon los pechos cuando solo tenía 13 años, alegando que estos le obligaron a someterse a dicha intervención a pesar de sus evidentes problemas de salud mental “con fines lucrativos”.
Se trata de Kayla Lovdahl, una californiana de 18 años, que ha denunciado a Kaiser Foundation Hospitals (Oakland, Estados Unidos) y a 4 de sus médicos, por daños y perjuicios, alegando haber fomentado “un abuso médico ideológico y con ánimo de lucro”.
Sus padres, que no sabían como ayudarla, permitieron a la entonces preadolescente que buscara ayuda médica, una situación que provocó que tuviera que someterse a arriesgados tratamientos. A los 12 ya consumía bloqueadores de la pubertad y testosterona a pesar de la ausencia total de una evaluación psicológica adecuada. Cuando los progenitores mostraron a los profesionales médicos su preocupación por las inminentes cirugías, la demanda aseguró que se les contestó: “Es mejor tener un hijo vivo que una hija muerta”.
Su demanda es una condena al sistema que le permitió someterse a un tratamiento invasivo e irreparable a una edad tan temprana: “No hay ningún otro campo de la medicina en el que los médicos extirpen una parte del cuerpo que está sana e induzcan intencionadamente un estado de enfermedad de la glánduda pituitaria basado simplemente en los deseos del paciente adolescente”.
Lovdahl añadió que “la gran mayoría de niños con identidad de género cruzada que reciben tratamiento médico en la adolescencia temprana corren el riesgo de arrepentirse de la decisión cuando tienen edad suficiente para darse cuenta de su pérdida“.
Otros ejemplos de casos en los que se ve cómo toda la maquinaria trans coacciona y empuja a jóvenes a tomar decisiones irreversibles de las que se pueden arrepentir, es el de Chloe Cole que denunció como la obligaron. También el del ex marine estadounidense Chris Beck, que advirtió que los famosos bloqueadores de la pubertad “son las mismas hormonas que solían utilizar para la castración química para pedófilos”.