Perdió la izquierda: Los motivos por los cuales se rechazó la nueva Constitución en Chile

El rechazo a la nueva Constitución se ha impuesto en el país vecino, alcanzando niveles negativos que se elevan al 61,87% de los votos, mientras que el apruebo recibió el 38,13%.
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El pasado 4 de septiembre los chilenos se manifestaron contra el progresismo que comenzó a expandirse en Chile desde el 2019. De las casi 20 millones de personas que tiene Chile, 13 millones fueron a votar el pasado domingo. El rechazo a la nueva Constitución se ha impuesto en el país vecino, alcanzando niveles negativos que se elevan al 61,87% de los votos, mientras que el apruebo recibió el 38,13%.

Muchos sectores de la izquierda y del progresismo califican a la actual Constitución de Chile, como la Constitución de la dictadura, ya que fue elaborada en el periodo militar de Augusto Pinochet. De todos modos, de la constitución de Pinochet casi no han quedado rastros debido a que fue reformulada en muchas ocasiones, hasta el punto que el expresidente socialista de Ricardo Lagos, afirmó que la actual Constitución es ejemplar.

Si se aprobaba la nueva constitución se podría: “Abortar incluso si el embarazo es de 9 meses, pudiendo abortar antes del parto”

Y aunque fuera una Constitución de la dictadura, esto no sería algo negativo, sí el texto en sí es bueno, un ejemplo de esto es la Constitución Argentina, donde el artículo 14 bis de los derechos laborales, que hoy sigue presente, fue establecido en la reforma constitucional de Aramburu, durante el gobierno militar de 1957.

Sin embargo, ¿Por qué la gente votó el rechazo de la Constitución en Chile? Los motivos son varios, no sólo por muchas propuestas controversiales, sino también porque los constituyentes que redactaron la Constitución no fueron muy serios.

Una de las propuestas rechazadas junto a esta actualización de la Constitución: “El estado puede expropiar cualquier tierra, sí así lo desea. La cámara de diputados establecerá la indemnización que considere”

Las propuestas más controvertidas

  • El estado se haría cargo de la educación, vivienda, salud y el sistema de jubilación.
    ⦁ Se eliminaría la cámara de Senadores, en Chile hay dos cámaras, diputados y senadores. Esto reemplazaría el senado por un órgano regional que actuaría solo en determinadas ocasiones, dándole un poder absoluto en el proceso legislativo a la cámara de diputados.
    ⦁ Se autorizará la reelección, pudiendo gobernar dos mandatos un mismo presidente y además bajaría la edad mínima para ser presidente a los 30 años.

Se despenalizaría el aborto, incluso si el embarazo es de 9 meses, pudiendo abortar antes del parto.
⦁ El estado asumirá la forma plurinacional, lo que llevaría a la fragmentación de Chile.
⦁ Se les daría mayor autonomía a los indígenas, teniendo qué ser consultados en aspectos que les afecten. Estos, asimismo, tendrán aseguradas bancas en las cámaras legislativas por cupos. Por último, las personas pertenecientes a los pueblos originarios gozarán de un sistema judicial propio, el cual el estado reconocerá cómo plenipotenciario. Esto último hará que no se permita la igualdad a la ley, porque se tendrán otras consideraciones a la hora de juzgar a los nativos aborígenes.

El estado propiciará la igualdad entre hombres, mujeres y personas trans. De esta manera, todos los puestos estatales deberán de tener al menos 50% de mujeres en los cargos.


⦁ El estado puede expropiar cualquier tierra, sí así lo desea. La cámara de diputados establecerá la indemnización que considere, sin importar la opinión del propietario.
⦁ Las sentencias judiciales tendrán perspectivas de género.
⦁ El Poder Judicial dejará de ser independiente, porque responderá al gobierno de turno con tendencias ideológicas.
La naturaleza está por encima de todas las personas y gozará de los mismos derechos que los seres humanos.
⦁ El agua es un derecho humano, por lo que se permitirá expropiar el agua para garantizar la misma a todas las personas.
⦁ El estado propiciará la igualdad entre hombres, mujeres y personas trans. De esta manera, todos los puestos estatales deberán de tener al menos 50% de mujeres en los cargos. Además, se establecerán cupos a las personas trans.
⦁ Carabineros, que es la fuerza política de Chile, verá limitado su accionar y deberá responder a una policía civil. Este proceso fue similar al que realizó Hugo Chávez en Venezuela.

La nueva Constitución contemplaba que, “las personas pertenecientes a los pueblos originarios gozarán de un sistema judicial propio, el cual el estado reconocerá cómo plenipotenciario”.

Por todas estas cosas es que la gente votó en contra de la Constitución, pero por si fuera poco los mismos constituyentes de izquierda que estaban a favor, manifestaron que de aprobarse la constitución tendrían que hacerse varias leyes para aclarar su contenido y en algunas instancias modificarlo. La izquierda en Latinoamérica va ganando terreno, pero en Chile la gente por fin se despertó.

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“El Islam es la peor peste que le ha ocurrido a la humanidad” | La advertencia del jesuita que unió ciencia y fe para denunciar la decadencia de Occidente

El sacerdote jesuita Manuel María Carreira fue un hombre de ciencia, pero también un provocador en el mejor sentido de la palabra. Doctor en Astrofísica por la Universidad de Georgetown, miembro durante quince años del Observatorio Vaticano y asesor de la NASA, dedicó su vida a demostrar que fe y razón no eran caminos opuestos. 

En una entrevista concedida en 2016 al diario El Español, sus palabras sacudieron al mundo religioso y académico: “El Islam es la peor peste que le ha ocurrido a la humanidad en los últimos dos mil años”.

Lo decía sin cálculo ni deseo de escándalo. Su tono era el de quien reflexiona más que el de quien acusa. En esa conversación explicó que su juicio nacía de la observación histórica y cultural: El islam “es totalmente incapaz de establecerse dentro del mundo con respeto a los derechos humanos. O acepta uno su modo de pensar o es un infiel y hay que asesinarlo. Eso es lo que se traduce del modo de actuar, como mínimo, de una porción importante de quienes aceptan el islam.” 

Su crítica, más que religiosa, era civilizatoria. Apuntaba a la imposibilidad de integrar una cosmovisión teocrática con las libertades individuales que Occidente había conquistado tras siglos de conflictos y revoluciones.

– Manuel María Carreira, “el científico con sotana”

Carreira hablaba como filósofo y científico, pero también como hombre de fe que veía con alarma el proceso de secularización europea: “Nuestra ética es de base cristiana y el Estado debe tener en cuenta esos principios. Hoy se están borrando las raíces espirituales que dieron sentido a la civilización occidental”. No era una defensa clerical de la Iglesia, sino una advertencia sobre el vaciamiento moral que acompaña a las sociedades sin referencias trascendentes.

Ese diagnóstico se volvió profético. Casi una década después, Europa vive una crisis de identidad que Carreira anticipó con claridad. Según el informe TE-SAT 2024 de Europol, en 2023 se registraron 120 incidentes terroristas dentro de la Unión Europea, de los cuales 98 fueron ataques completados, 9 fracasaron y 13 fueron abortados. Francia, Bélgica y Alemania se mantienen entre los países más afectados por intentos de radicalización yihadista. En paralelo, las tensiones por la inmigración, el debate sobre los límites de la libertad religiosa y la creciente polarización política han erosionado el consenso sobre qué valores sostienen a Europa.

Carreira consideraba que esa pérdida de convicciones era más peligrosa que cualquier fanatismo. “No podemos convertir la fe en elemento político —decía—, pero tampoco pretender que la moral pública flote en el aire, sin raíces. Cuando una civilización deja de creer en algo, deja de defenderse”. Su visión coincidía con la de Benedicto XVI, quien había advertido que “una razón desvinculada de la fe termina devorándose a sí misma”.

Su pensamiento incomodó tanto a progresistas como a conservadores. Defendía la secularización “en la medida en que el Estado no imponga una creencia”, pero rechazaba el laicismo militante que reduce la religión a superstición. Sostenía que “la tradición española —y europea— es cristiana, y negarlo es negar la historia”. También se mostraba crítico con ciertas prácticas islámicas cuando contradecían la igualdad ante la ley: “Si un musulmán quiere tener varias esposas, el Estado debe intervenir, porque tendría consecuencias sociales no aceptables.”

Para Carreira, el islam no era una religión en el sentido teológico que él comprendía desde la filosofía cristiana. “Nació como un cristianismo descafeinado”, explicó en la entrevista. “Quitaban lo que no entendían: la Trinidad, la Encarnación. Hicieron un cristianismo reducido a lo mínimo, pero siempre con el deseo de apartar la idolatría. No tienen una teología propia, sino un modo de pensar elemental que les sirve para andar por casa.” No había en sus palabras odio, sino la convicción —discutible, pero intelectualmente honesta— de que el islam no había producido un modelo de sociedad compatible con la libertad moderna.

Su análisis resuena hoy no solo en Europa. En la Argentina, aun sin conflictos religiosos de aquella magnitud, la secularización avanza de modo sostenido. Según la Segunda Encuesta Nacional sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina (CONICET–UNC, 2023), la proporción de personas que se declara “sin religión” pasó del 11,3% en 2008 al 21,8% en 2023, prácticamente el doble en quince años. Más que un dato demográfico, ese desplazamiento expresa un vaciamiento simbólico: la pérdida de referencias morales compartidas, la sustitución de la trascendencia por el consumo y el debilitamiento del vínculo con las instituciones tradicionales

Carreira veía en ese vacío una amenaza mayor que cualquier enemigo externo. Decía que “una sociedad sin sentido trascendente se vuelve incapaz de distinguir el bien del mal”. No se trataba de imponer dogmas, sino de preservar la conciencia de que la libertad necesita un fundamento ético. Su crítica al islam, en el fondo, era una advertencia sobre nosotros mismos: sobre lo que ocurre cuando una cultura deja de creer en algo y entrega su destino al relativismo.

Murió en 2020, convencido de que Europa había comenzado su decadencia espiritual. Sus palabras, reavivadas en redes sociales, vuelven a dividir aguas. Algunos lo consideran un pensador lúcido que vio venir el choque cultural entre Occidente y Oriente; otros, un polemista que traspasó la línea del respeto. Pero su diagnóstico persiste con inquietante actualidad: el conflicto no es solo entre religiones, sino entre una fe que se impone y otra que se disuelve.

TRUMP DESAFÍA AL TERRORISMO ISLÁMICO: amenaza con acción militar en Nigeria si no frenan la masacre contra los cristianos

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó al Departamento de Guerra prepararse para una “posible acción” en Nigeria con el objetivo de “eliminar a los terroristas islámicos”, y acusó al Gobierno del país africano de “permitir la matanza de cristianos”.

Si el Gobierno nigeriano sigue permitiendo la matanza de cristianos, EE.UU. detendrá inmediatamente toda la ayuda y asistencia a Nigeria, y muy bien podría intervenir en ese ahora desprestigiado país, blandiendo armas, para eliminar completamente a los terroristas islámicos que están cometiendo esas horribles atrocidades, escribió Trump en Truth Social.

El mandatario agregó que ordenará al Departamento de Guerra prepararse para una “posible acción”, aseguró que esa posible intervención militar será “rápida, despiadada y dulce, como los matones terroristas atacan a nuestros queridos cristianos”, e instó al Gobierno de Nigeria a “moverse rápido”.

Masacre de cristianos en Nigeria

El mensaje de Trump eleva el tono respecto a otro mensaje que publicó ayer, en el que denunció una “masacre” de cristianos en Nigeria y anunció que lo declaraba “país de especial preocupación”, una designación para naciones “involucradas en graves violaciones de la libertad religiosa”.

El Gobierno de Nigeria, liderado por el presidente Bola Ahmed Tinubu, rechazó las acusaciones de ayer, señalando que “no reflejan la realidad sobre el terreno”, y trasmitió su “compromiso de luchar contra el terrorismo, fortalecer la armonía interreligiosa y proteger la vida y los derechos de todos sus ciudadanos”.

El noreste de Nigeria sufre ataques del grupo yihadista Boko Haram desde 2009, una violencia que empeoró a partir de 2016 con el surgimiento de su escisión, el Estado Islámico de la Provincia de África Occidental (ISWAP).

Ambos grupos pretenden imponer un Estado de corte islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.

Boko Haram y el ISWAP han matado a más de 35.000 personas y han causado unos 2,7 millones de desplazados internos, sobre todo en Nigeria, pero también en países vecinos como Camerún, Chad y Níger, según datos oficiales.

Un promedio de 30 cristianos son asesinados cada día en Nigeria

19.100 iglesias han sido destruidas, más de 1.100 comunidades cristianas han sido desplazadas y más de 600 clérigos cristianos han sido secuestrados, según la Sociedad Internacional para las Libertades Civiles y el Estado de Derecho (Intersociety).

El informe, publicado el 10 de agosto, también afirma que otras 7.899 personas fueron secuestradas por ser cristianas. Según Emeka Umeagbalasi, director de Intersociety, los asesinatos y secuestros son impulsados ​​por unos 22 grupos yihadistas que han establecido la nación de África Occidental como su hogar.

El informe afirma que estos grupos pretenden eliminar a unos 112 millones de cristianos y 13 millones de fieles de religiones tradicionales, especialmente en las regiones sureste y sur-sur.

También señala que la intención principal es erradicar el cristianismo de Nigeria en los próximos 50 años. Esto recordaría a la yihad del siglo XIX liderada por pastores fulani que estableció el Califato de Sokoto, un poderoso estado islámico que controlaba gran parte de lo que hoy es el norte de Nigeria. Hoy en día, el Sultán de Sokoto sigue siendo la máxima autoridad islámica de Nigeria.

Según datos de Intersociety, desde 2009, aproximadamente 185.009 nigerianos han sido asesinados, incluyendo 125.009 cristianos y 60.000 musulmanes liberales.


*Fuente: Agencias

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