Frente a las costas de Australia, un barco de vapor del siglo XIX ha sido invadido por árboles. Lo que hoy luce como una instalación diseñada cuidadosamente se trata en realidad de los restos del SS City of Adelaide, que navegó los mares por más de 50 años antes de encallar. La historia de este naufragio, ubicado en Cockle Bay, Magnetic Island, es tan fascinante como sus años explorando los mares.
Lo que ahora parece ser una hermosa isla artificial creada por el hombre con alevosía y ventaja, es en realidad una muestra de la gran fuerza de la naturaleza para reclamar lo que le pertenece. Frente a las costas de Australia yace en medio de la jungla, un barco náufrago del siglo XIX, el SS City of Adelaide, que esconde detrás una gran historia.
Australia se caracteriza por ser una nación megadiversa. Gracias a sus características de isla gigante ubicada en Oceanía, sus regiones desarrollaron formas de vida que sólo pueden avistarse en aquel punto del globo terráqueo. La mayor parte de su periferia está rodeada de mar, por lo que los barcos formaron parte importante para llegar hasta ella en épocas antiguas. No es extraño saber de barcos que quedaron varados a sus alrededores, pero la historia del SS City of Adelaide es especial.
LA HISTORIA DETRÁS DEL NAUFRAGIO:
El barco de vapor construido en el siglo XIX, llegó a Australia desde la lejana ciudad de Glasgow, Escocia, en 1863. Inicialmente se encargaba de transportar pasajeros entre destinos como Melbourne, Sydney y Honolulu. Aunque más tarde tuvo que persistir de esta tarea y se le reacondicionó para utilizarse como velero. Luego de casi 30 años de servicio en las aguas marinas australianas, el SS City of Adelaide pasó a transformarse en una bodega de carbón y toda clase de mercancía. Y aquí es donde comienzan sus tragedias.
Casi medio siglo después de haberse construido, el barco fue objeto de un gran incendio accidental en 1912. Según los archivos, el navío ardió en llamas durante varios días hasta que las llamas perdieron su fuerza y se extinguieron. Quedó visiblemente afectado y completamente inservible para continuar con sus labores de traslado. Pero George Butler, un residente de Magnetics Island, vio una nueva tarea para el navío y con el afán de usarlo como rompeolas para su pequeño embarcadero decidió comprarlo.
Lamentablemente no llegó hasta su destino pues mientras lo remolcaban, el SS City of Adelaide encalló en Cockley Bay. Desde entonces el barco náufrago permanece ahí, sobre las aguas bajas frente a las costas de Australia. Con el paso de los años el deterioro es cada vez más evidente para una estructura que ya de por sí atravesó por una larga historia. No obstante, la naturaleza lo ha ido llenando de vida de a poco.
LA FUERZA DE LA NATURALEZA:
El cadáver de lo que alguna vez fuera un imponente navío, está ahora cubierto de manglares. Es la prueba misma de que la naturaleza reclama con fuerza lo que le pertenece y de que cuando se le deja tranquila, es capaz de desaparecer la huella humana. Poco a poco, los manglares se adueñaron del náufrago y han creado una obra natural que resalta por su enorme belleza.
Como si se tratara de una isla artificial en medio de la jungla, el barco ahora yace en las aguas bajas de Cockley Bay. No está solo, forma parte de un grupo de al menos otros 20 barcos que naufragaron y que ahora pertenecen a la Madre Tierra. Y aunque han sido golpeados por ciclones y sus estructuras creadas por humanos cada día están más desgastadas, la naturaleza se ha encargado de llenarlos de vida.
*Fuente: EcoOsfera
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