Fueron arduas las negociaciones y se estiraron durante varias semanas, convirtiéndose en un tire y afloje constante. La oposición se había plantado con sus pedidos, y si bien cedieron un poco de terreno en sus pretensiones, los montos exigidos para destinarlos a obras y seguridad llegaron al punto mínimo, lo que hizo tambalear el acuerdo.
Las horas previas a la sesión doble en la Legislatura estuvieron cargadas de rosca hasta último minuto e hicieron que comenzara un poco más tarde de lo planeado. Por momentos se temió que debido a algunas diferencias que aparecieron sobre la chicharra, el debate se aplazara unos días más para el jueves de la próxima semana, con el pan dulce y la sidra en la mesa.
Pero, finalmente, Axel Kicillof pudo descorchar antes de tiempo y ya tuvo su primer brindis de fin de año. Aunque por momentos el tratamiento del Presupuesto 2023 y la Ley impositiva estuvo virtualmente caído, se pudieron limar algunos detalles con respecto al Coeficiente Único de Distribución, la herramienta utilizado para repartir el dinero a los distritos que generó resquemor en Juntos por el Cambio (JxC).
Los montos estaban acordados, pero no así la manera en la cual se iba a dosificar. Cabe recordar que una serie de reuniones entre la oposición y el oficialismo, en JxC habían solicitado 82 mil millones de pesos, obteniendo como contrapropuesta un desembolso a los Municipios de 52.900 millones de pesos, incluyendo el Fondo de Infraestructura Municipal (FIM) y el Fondo de Seguridad.
Posteriormente, esos números se afinaron hasta cerrar en 60 mil millones de pesos, pero para poder llegar al acuerdo final, los intendentes cambiemitas necesitaba conocer el CUD para poder delinear parte de sus propuestos comunales. Sin embargo, por esas cuestiones que tiene la política, las aguas se calmaron, los legisladores bajaron al recinto para levantar sus manos y Kicillof ya tiene su Presupuesto.
Casi en la madrugada del viernes finalizó el debate con saldo positivo tanto para el oficialismo como para la oposición. Al respecto, el gobernador se refirió a la situación en sus redes sociales y manifestó que “es un presupuesto que nos llena de orgullo porque implica una fuerte expansión de las partidas que permiten ampliar derechos de los y las bonaerenses y sigue también avanzando en una estructura impositiva más progresiva, que cobra más a los que más tienen”.
Fueron unas 48 horas agitadas a pura rosca, pero finalmente se sancionó la Ley de Leyes y la Ley Fiscal Impositiva, ambos proyectos habían sido enviados por el Ejecutivo a fines del mes de octubre. Desde ese momento hasta ahora, el jefe de Gabinete, Martín Insaurralde y el ministro de Economía, Pablo López fueron los encargados de llevar las riendas de las negociaciones que terminaron en buen puerto.