Según datos de la Fundación Observatorio Pyme (FOP), “es consecuencia de una fuerte pérdida de competitividad por parte de las firmas que tienen menos de 50 empleados”. En 2011 eran 520.000 empresas, mientras que actualmente bajaron a 467.000.
Por otra parte, creció la cantidad de empresas que tienen más de 200 empleados, que en una década sumaron 127 unidades para llegar a 3.491 compañías.



Para entender la diferencia entre ambas partes, hay que comprar la productividad de cada sector: la brecha pasó del 50% al 123% en los últimos 10 años, como consecuencia de una caída de productividad entre las pymes del 32% y un aumento entre las grandes del 52%.
Vicente Donato, presidente del FOP, explica que “las micro empresas son las que generan empleo formal en los sectores de baja y media calificación. La desaparición de empresas formales en este sector “está asociado con el aumento de la pobreza y la disminución de la cohesión social que se observa en Argentina en los últimos diez años”, comenta.



Un dato a tener en cuenta es que las pymes son menos rentables y los costos laborales que enfrentan son iguales a los de las grandes empresas: “Hoy un emprendedor que empieza y contrata personal enfrenta los mismos costos laborales que Techint o Arcor”, dice Donato. Ante la pérdida de rentabilidad, cerró: “a las pymes no les dan los números: o cierran o disminuyen el empleo o van a la informalidad”.