


A raíz de la cuarentena más extensa del mundo para contener al coronavirus, y desde un nivel muy bajo luego de años acumulados de recesión e inestabilidad, la economía argentina mostró en el segundo trimestre del año el mayor derrumbe en toda su historia.
La dirección de Cuentas Nacionales del INDEC informó esta tarde que el retroceso fue de 19,1% interanual en ese período, por encima del registrado tras la crisis de 2001, que se verificó estadísticamente un año después, en el segundo trimestre de 2002, con una baja que llegó al pico de 16,3%.



La retracción fue también superior al peor momento de la crisis financiera internacional de 2009, que marcó descensos de hasta 11,3%, o a los tiempos de cimbronazos cambiarios en el macrismo, que tuvo caídas de hasta 6,2%. Con relación al primer trimestre, la caída fue de 16,2%.
El PBI del segundo trimestre fue de $606.993 millones. Todos los indicadores de la oferta y demanda globales que lo componen, y todos los sectores reflejaron números en rojo. La mayor caída fue para la inversión, que se hundió 38,4% interanual (levemente por debajo de la que hubo en 2002). Las importaciones cayeron 30,1%; las exportaciones, un 11,7%; el consumo privado cayó 22,3% -por encima de la baja general y la mayor en la historia- y el consumo público, 10,1%. No hubo sector que se salvara, pero la mayor retracción se observó en Hoteles y restaurantes -rubro íntimamente ligado al aislamiento obligatorio que registró una baja de 73,4%. La construcción tuvo un descenso de 52,1%; la industria, de 20,8% y el comercio mayorista y minorista, y reparaciones, de 16,9%.


