


El valor agregado bruto del sector agricultura, ganadería, caza y silvicultura se ubicó en 92.005 millones de pesos constantes (precios de 2004), lo que significa una caída del 10,7 por ciento con respecto al mismo período del año pasado, cuando fueron 102.896 millones, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Esto derivó en que el Producto Bruto Interno (PBI) se desplome 19,1 por ciento, una de las mayores caídas interanuales de la historia.
Si bien el agro fue considerado una actividad esencial, algunas actividades se vieron afectadas por las medidas preventivas.
A esto se suma que las cifras del segundo trimestre se comparan con uno de los mejores períodos de la historia para el campo, puesto que en 2019 se alcanzó una cosecha agrícola récord que este año no se repitió.
Asimismo, en ese momento del año los precios internacionales de la soja y el maíz cayeron a sus peores niveles en la última década, para luego recuperarse, pero a partir de julio en adelante.
Un aspecto a considerar en este contexto es que, entre los sectores productivos, el campo es el que menos cayó.
La pesca perdió 14 por ciento; la explotación de minas y canteras, 18,3 por ciento; la industria manufacturera, 20,8 por ciento; la construcción, 52, por ciento; el comercio, 16,9 por ciento; y los hoteles y restaurantes, 73,4 por ciento. Si se suman sectores de servicios, solo tuvieron un mejor desempeño la intermediación financiera, con una baja del 1,2 por ciento; la enseñanza (+ 9,2 por ciento); y la generación y distribución de electricidad, gas y agua (+ 3,3 por ciento).


