Polémica por un “campeonato de porros” en La Rioja
Un evento cannábico en La Rioja incluyó competencias de armado y deshoje de cigarrillos de marihuana. La Justicia investiga al organizador por posible apología del delito
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La Rioja fue centro el pasado domingo del Festi420, un evento que combinó “celebración cultural y activismo cannábico”, generando tanto entusiasmo como controversia en distintos sectores del país tras su difusión. Entre las actividades destacadas se incluyó un inédito campeonato de “secas” y “armado” de cigarrillos de cannabis en plena Avenida Rivadavia, en un local donde funcionaba un correo privado.
El evento fue transmitido en vivo a través de la plataforma Kick por la cuenta del abogado especializado en legislación cannábica, Ricardo Córdoba, quien habría amplificado su alcance en la juventud y se encuentra investigado por la Justicia Federal, luego de reavivar el debate en torno a la regulación, el consumo y su visibilidad en Argentina.
El 20 de abril (4/20) es una fecha emblemática en la cultura global del cannabis, originada en California en los años 70 cuando un grupo de estudiantes, conocidos como “los Waldos”, se reunían a las 4:20 p.m. para buscar un cultivo oculto de cannabis. Este ritual se transformó en un símbolo de resistencia y comunidad ante la segregación racial en los Estados Unidos, expandiéndose a nivel internacional. En La Rioja, se enmarca esta tradición, pero con características locales, como el antes mencionado evento de “secas” (deshojar cogollos) y “armado” (elaborar cigarrillos), que busca destacar habilidades prácticas asociadas al consumo de este estupefaciente.
Este festival no es un caso aislado. En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, se han realizado ediciones de larga data de la Copa Cata “Club del Porro” y el PopulusFest, que combinan música, charlas sobre activismo y consumo responsable. Sin embargo, la versión riojana ha llamado la atención por su enfoque explícito en competencias relacionadas con el manejo de la planta.
Argentina cuenta con la Ley 27.350, sancionada en 2017 y que regula el uso medicinal del cannabis pero prohíbe expresamente el consumo recreativo. Este marco legal genera un conflicto directo con eventos como el Festi420, ya que, el gobierno riojano impulsa un modelo de producción de aceite de cannabis con fines médicos, el campeonato se enfoca en prácticas asociadas al consumo lúdico. Aunque la posesión para consumo personal está despenalizada, la venta y el cultivo siguen siendo ilegales, siendo una “apología del delito”.
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La Biblioteca de Alejandría fue construida en el siglo III A.C. por Ptolomeo I, quien fue el fundador de la dinastía ptolemaica de Egipto. ¿Y por qué este monarca tenía tanto interés en el saber? La respuesta se encuentra en su pasado.
Ptolomeo fue uno de los generales de mayor confianza de Alejandro Magno, quien tenía una gran devoción por la cultura y el saber. Estos intereses del macedonio se evidencian cuando repasamos su biografía y observamos que mantuvo siempre una actitud abierta y respetuosa de los usos y costumbres de los pueblos conquistados, incluso cuando esta disposición provocara resistencia entre su estado mayor, y por las remesas de animales y plantas exóticas que le enviaba a su maestro de la juventud, nada más y nada menos que el mismísimo Aristóteles.
La intención de Ptolomeo era la de reunir todo el saber del mundo en un solo lugar. Para ello retenía todo escrito que llegaba al puerto, lo traducía al griego y luego se lo devolvía a su dueño.
Un detalle interesante acerca de este emprendimiento es que se financiaba, al menos en parte, con la venta de copias de los libros (papiros). En aquella época, el tener una biblioteca era un signo de estatus social muy importante, cuanto más grande fuese ésta, mayor nivel aristocrático de su dueño, por lo que la venta de libros resultaba ser un negocio muy rentable.
– “Alejandro Magno en el Templo de Jerusalén” / SebastianoConca
Grandes sabios de la antigüedad se nutrieron del saber en la biblioteca de Alejandría y sus logros influyeron en cientos de científicos a través de los siglos. Algunos de ellos fueron:
Euclides– Matemático, considerado el “padre de la geometría”
Eratóstenes– Aseguró que la Tierra era redonda y calculó con bastante precisión su tamaño. Fue bibliotecario en jefe.
Aristarco de Samos– Propuso la teoría heliocéntrica, o sea, aseguraba que la Tierra giraba alrededor del Sol.
Apolonio de Rodas – Poeta y estudioso, autor de Las Argonáuticas.
Es interesante saber que la biblioteca no era una institución única y aislada, era el epicentro de algo más grande; la biblioteca era el corazón del Museion, palabra de la que deriva museo y que significa “lugar consagrado a las musas”.
– “Apolo y las musas” / Nicolas Poussin
Las musas eran 9 divinidades que fueron engendradas en 9 encuentros amorosos consecutivos protagonizados por Zeus y su hermana Mnemósine, representaciones del poder y la memoria respectivamente. Las musas eran quienes inspiraban las artes, las ciencias y la memoria. Estas eran:
Alíope– poesía épica.
Clío– historia.
Erato– poesía lírica y amorosa.
Euterpe– música y poesía lírica.
Melpómene– tragedia.
Polimnia– himnos y poesía sagrada.
Talia– comedia y poesía pastoral.
Terpsícore– danza y coro.
Urania– astronomía.
Como podemos ver, el proyecto de Ptolomeo era mucho más ambicioso que la simple acumulación de los saberes del mundo. El faraón pretendía aglutinar en su ciudad toda la cultura del orbe.
La relación entre la biblioteca de Alejandría con esta suerte de nueva biblioteca portátil llamada Smartphone, resulta ser más que evidente. Sin embargo, me gustaría puntualizar un par de cosas en esta correlación.
Primero el alcance del contenido. La biblioteca de Alejandría era de uso exclusivo para un grupo selecto de individuos, el resto de las personas podían concurrir a las llamadas “bibliotecas hijas”, una suerte de sucursales que existían fuera del Museiom y que por supuesto tenían mucho menos material que la biblioteca central.
Otro punto fundamental que debemos considerar con respecto a estas bibliotecas secundarias es el hecho de que muy pocas personas sabían leer, ¡y menos aún en griego! Que estuviesen abiertas al público analfabeto era inútil. Por lo que podemos inferir que la “democratización” actual del saber no se debe al libre acceso a la información, sino al proceso educativo masivo de la población.
Pero no todo lo actual es color de rosa. En aquel entonces, las personas concurrían a la biblioteca en procura de sabiduría. Había en general cierto purismo en la búsqueda del desarrollo personal, tanto material como espiritual. En cambio, hoy el Smartphone nos abre las puertas tanto del cielo como del infierno.
En su pantalla tenemos acceso a tanto material que no nos alcanzarían 100 vidas para recorrerlo, y gran parte es gratuito. Podemos disfrutar del arte o aprender prácticamente cualquier cosa de cualquier tema; o por el contrario, podemos perder el tiempo en idioteces o peor aún, alimentar nuestros más bajos impulsos.
Con respecto a esto último surge esta pregunta que se repite incesantemente: ¿Debemos regular el contenido de las redes o restringir el uso de los celulares en las aulas?
Definitivamente no. Estas medidas no solo resultan ineficientes, sino que incluso son contraproducentes: nada resulta más tentador que lo prohibido.
La clave no está en la oferta sino en la demanda. La solución la alcanzaremos cuando todos y cada uno de nosotros nos comportemos como individuos virtuosos y simplemente no consumamos lo que no hay que consumir, cuando invirtamos nuestro tiempo y no lo desperdiciemos.
Soy consciente de que esto es muy difícil, la dopamina que libera el consumo de las redes es muy adictiva, tan adictiva como el consumo de drogas, tabaco o alcohol.
¿Suena fantasioso esperar que las personas se comporten como adultas y sean responsables de su propio futuro y de su propia salud mental? Quizás lo sea, pero no resulta más fantasioso que el imaginar que las prohibiciones han de funcionar cuando nunca, en ningún tiempo o lugar de la historia de la humanidad lo hicieron.
El actor Luis Brandoni, de 85 años, fue homenajeado en la tarde del lunes en la cúpula del Palacio Libertad y recibió el reconocimiento de la Secretaría de Cultura como “Personalidad Emérita de la Cultura Nacional”. En ese marco, decidió donar el premio monetario de 1 millón de pesos a La Casa del Teatro.
“He decidido que el premio que se me está otorgando en este momento darle un destino distinto a quedármelo”, destacó Brandoni durante la ceremonia. El actor explicó su decisión en el mismo acto junto a la presidente de La Casa del Teatro, Linda Peretz.
Peretz agradeció el gesto y remarcó el impacto para los residentes de la institución. “Muchas gracias, siempre involucrándote para que los compañeros, sus pares, estén contentos, tranquilos, sanos, en una posición digna de que en esta vida la gente que vive en la Casa del Teatro son compañeros de verdad, compañeros míos, que no tuvieron la suerte de tener un pasar o una vejez digna y entonces viven en la Casa del Teatro. Yo agradezco muchísimo que un compañero como Brandoni se involucre de esta manera”.
Se trata de Lisandro Almirón, diputado nacional por Corrientes. La denuncia fue radicada ante la UFIC N.º 5. Un familiar del burócrata exige la nulidad de la venta, concretada “un día antes” del fallecimiento de la propietaria.
Sorprende que algunos no terminen de entender la herida generada por la cuarentena. Aquello mostró nítidamente a la política y los medios olvidando diferencias y dándose un abrazo corporativo protector mientras la gente sufría a sus suerte. A partir de entonces “consenso” fue… pic.twitter.com/Mt3eTxqD3V