La movilización reunió a simpatizantes de clubes de Primera División como River Plate, Boca Juniors, Independiente, Racing, San Lorenzo, Vélez y Huracán, además de equipos del ascenso como Chacarita Juniors, Nueva Chicago, Almirante Brown y Atlanta, entre otros, principalmente del conurbano bonaerense.
Una figura clave en este entramado es Néstor Di Pierro, presidente del club Chacarita Juniors, reconocido por su cercanía política con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Di Pierro cuenta con una extensa trayectoria, habiendo sido director de la empresa estatal YPF durante gobiernos kirchneristas, además de concejal y diputado por Comodoro Rivadavia.

El involucramiento de Chacarita Juniors comenzó tras un incidente clave: el jubilado conocido como “Don Carlos”, simpatizante del club, fue lastimado por las fuerzas de seguridad durante una represión policial en una protesta previa frente al Congreso, realizada para exigir aumentos en los haberes jubilatorios.
Entre las figuras destacadas en la organización están Mariano Vignozzi, integrante activo de La Cámpora y presidente de la Coordinadora de Derechos Humanos del fútbol argentino; Sergio Smietniansky, dirigente de izquierda al frente de la Coordinadora del Hincha; Agustín Ramal, hincha de Argentinos Juniors vinculado al Partido Obrero e hijo del dirigente trotskista Marcelo Ramal; y la Coordinadora sin Fronteras del Fútbol Femenino, organización dedicada a promover la inclusión y participación femenina en ámbitos futbolísticos y sociales.
Ante esta situación, el gobierno nacional expresó preocupación, calificando la movilización como un intento de desestabilización contra la administración del presidente Javier Milei. En respuesta, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, emitió advertencias contundentes: “A cualquier persona que incurra en conductas que afecten la seguridad será identificada y detenida. Ya tenemos el derecho de admisión, les vamos a encontrar una medida especial si comienzan a ir”, y añadió: “No vamos a aceptar esta provocación de ninguna manera”. Bullrich anunció además encuentros con autoridades de los clubes involucrados para solicitar cooperación en la identificación de barras infiltrados.
El operativo de seguridad diseñado por el Ministerio contará con aproximadamente mil efectivos de las Fuerzas Federales, similar al desplegado en eventos de alto riesgo como los superclásicos entre River y Boca. Además, se establecerán controles específicos en los accesos a la Ciudad de Buenos Aires, como los utilizados en eventos deportivos masivos.

Paralelamente, el gobierno confirmó que impondrá sanciones severas contra quienes protagonicen hechos violentos durante la protesta, incluyendo detenciones e incorporación en un registro oficial de restricción de concurrencia a eventos deportivos en todo el país.
Desde la Coordinadora del Hincha, impulsora inicial de la convocatoria, se difundió el mensaje: “Todos somos hinchas, todos seremos jubilados. Los hinchas de los clubes del país nos organizamos y este miércoles marchamos”.

El reclamo central de la movilización busca mejoras en los ingresos jubilatorios. Actualmente, la jubilación mínima mensual es de $273.086, que alcanza los $343.086 sumando un bono extraordinario de $70.000. Sin embargo, este monto resulta insuficiente para cubrir el costo actual de la canasta básica, calculado en $1.056.601 para un hogar tipo 2.
Por último, desde el Ministerio de Seguridad insistieron en que el operativo previsto busca garantizar el orden público, prevenir alteraciones y evitar infiltraciones de barras violentos, en una movilización que el gobierno interpreta como políticamente motivada y potencialmente desestabilizadora.
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