Docentes de, al menos, tres escuelas de Solano, en la ciudad de Quilmes, denunciaron un preocupante adoctrinamiento en alumnos respecto al intento de magnicidio sufrido por Cristina Fernández de Kirchner en la puerta de su casa, en el barrio porteño de Recoleta. De acuerdo a los relatos de los docentes de la escuela Nro. 10 de Solano y los Centros Educativos Nivel Secundario (CENS) Nros. 455 y 456 de la misma localidad, “están transformando las escuelas en semilleros camporistas. Nos piden que hablemos en contra de la oposición, de los medios y de la Justicia”.
La negativa a prestarse al adoctrinamiento de los alumnos dejaría a los profesores expuestos a la venganza de los directivos, identificados por los denunciantes como Analía S. y Gloria R.. “Cuando optamos por no hacer política en las aulas y ajustarnos al contenido correspondiente, las propias directoras promueven sentadas entre los alumnos en nuestra contra y hasta les piden que falten a clases”, aseguraron.
Mientras el grueso del país considera que un momento como el vivido recientemente requiere de mayor educación y consciencia ciudadana, en las escuelas de Solano las propias directoras promueven la falta de clases para imponer una ideología política. La violencia en su máxima expresión.
“Son semilleros camporistas”, repite una de las docentes amenazadas por negarse a impartir los contenidos políticos en sus clases. “Nos quieren obligar a asegurar que el intento de magnicidio de la vicepresidente fue gestionado por los medios de comunicación, la Justicia y la oposición. Nosotros no estamos de acuerdo con eso”, explicaron. “Se trata de un lavado de cabeza. Nos obligan a incorporar esos conocimientos como eje curricular cuando no lo son, y no admiten otras opiniones. Los que se oponen reciben como castigo la falta de los alumnos a clases, las sentadas y las amenazas”, advirtieron los docentes.
El intento de magnicidio de Cristina Fernández de Kirchner despertó una profunda reflexión en amplios sectores del poder político y los medios de comunicación. Sin embargo, al parecer, en Quilmes se transformó en una fuerza más de intimidación y de retroceso histórico.
*Fuente: REALPOLITIK
