El presidente Alberto Fernández estuvo presente en la inauguración del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA), junto al ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus. Sin embargo, al tener el turno de la palabra, comenzó a dejarse expuesto sobre sus presuntos problemas al hablar.
Detrás de las características ojeras y el semblante decaído, el jefe de Estado no lograba hilar oraciones y no tardó en tartamudear. Luego, expresó y, posteriormente, pidió auxilio a sus funcionarios: “Ayer (martes) estaba reunido con la Comisión esta… ¿Cómo se llama?”.
Según quería referir, era sobre su reunión con las autoridades del Bureau Internacional de Exposiciones (BIE) en Casa Rosada. Pero no todo ello no quedó ahí, buscó dar explicaciones entre tartamudeos acompañados de olvidos y muletillas como “este” y “eh”.
Si bien ello no estuvo a la altura del recordado furcio al “confundir” la revista mensual kirchnerista La Garganta Poderosa con el film pornográfico Garganta profunda. Después, volvió a quedarse sin palabras al intentar prometer “convertir a Bariloche en la capital nacional de la…” de la…”. Y lo volvieron a ayudar sus funcionarios para que complete la frase, pero sin salir victorioso cometió un furcio: “¡De la ciencia y técnica!”.
Alberto Fernández: “Ahí veo al compañero de garganta profunda”
El presidente Alberto Fernández cometió un furcio en pleno acto en Casa Rosada, al confundir el nombre de la revista de cultura villera Garganta Poderosa con Garganta Profunda, el apodo elocuente del espía del FBI que filtró todos los secretos del caso Watergate.
En medio de querer hacer foco en la economicidad a través de la innovación tecnológica y el ecologismo, el presidente Alberto Fernández se olvidó de también ahorrar en palabras y, luego de hablar demasiado, terminó preocupando por su estado de salud con tartamudeos y facetas previas al Alzheimer.