Las elecciones en la ciudad de Mar del Plata suman muchas dudas, tanto en el oficialismo como en la oposición. Un claro ejemplo es el hecho de que Guillermo Montenegro no defina su deseo de ir por una reelección, lo cual cada vez se implanta en una duda mucho más razonable.
A partir de allí, Juntos por el Cambio ha iniciado un periplo de nombres que podrían suceder al hombre más fuerte de Propuesta Republicana. Entre muchos, hasta el del mismísimo concejal Fernando Muro, o bien algún apellido de la Unión Cívica Radical.
Sin embargo, no todo se ajusta al oficialismo. Sino más bien en la oposición. Pero no aquella que aún no tiene la cabeza correcta de La Libertad Avanza de Javier Milei, con el concejal Alejandro Carrancio bailando entre una Diputación bonaerense o la Intendencia y el empresario gastronómico César Moraiz presionando con el apoyo del prestigioso abogado Fernando Burlando.
La oposición a la que uno hace referencia es la del Frente de Todos. Ni siquiera Acción Marplatense, sello que ya ha comenzado a integrarse de lleno en el peronismo. El ex intendente Gustavo Pulti anda de reuniones con la titular de la Administración Nacional de Seguridad Social, Fernanda Raverta.
Según indicaron fuentes oficiales a Data24, sucede que Raverta se encontraría abierta a unas internas en el espacio del FdT. Lo cual se le ofreció al mismo director de Correo Argentino, Rodolfo “Manino” Iriart, y al ex jefe comunal Pulti.
En medio de todo ello, el hombre de AM se encuentra gestando vínculos con el Frente Renovador para atraer aquellos apoyos hacia sus arcas. Del mismo modo, se plantea como una opción gris entre el kirchnerismo duro y el peronismo más tradicional.
Por lo tanto, el Frente de Todos ya no solo se plantea una lista unidad, sino que aprovecharía las desorganizaciones de JxC, con el fin de poder ampliar su espacio y, de una vez por todas, peronizar el Municipio. ¿Será posible?
Ante todo lo referido, la “rosca” marplatense se encuentra más viva que nunca y, por lo tanto, las definiciones siguen haciéndose esperar para lo que será una aguerrida batalla por la Intendencia.