Para tratar de bajar los decibeles de la pirotecnia interna de Propuesta Republicana (PRO), en relación con la disputa por la candidatura presidencial, hubo un desayuno en búsqueda de la reconciliación. Mauricio Macri fue el anfitrión y, según los trascendidos, habría resignado su aspiración personal.
El diputado nacional Cristian Ritondo a la salida fue contundente: Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal son los precandidatos “amarillos”. Llevó la voz cantante al momento de informar sobre el encuentro. Se habría acordado un mecanismo para “evitar tensiones innecesarias” entre quienes aspiran. Y el nombre de Mauricio Macri brilló por su ausencia.
El comunicado oficial emitido por el PRO formula fuertes críticas al Gobierno nacional, e insiste con la voluntad de diferenciación reiterada por sus principales referentes. “Ratificamos nuestro compromiso por la unidad del espacio y de Juntos por el Cambio (JxC) para garantizar la transformación que el país necesita”, señaló. Y anunció: “Hemos establecido un mecanismo de coordinación entre los precandidatos que evite tensiones innecesarias”.
El título de la comunicación, que apenas consta de tres párrafos, es terminante: “Honda preocupación por la situación económica”. Y a continuación destaca que el ministro de Economía, Sergio Massa, “no se está haciendo cargo de los cambios necesarios”. “Ya hemos advertido y reiteramos que está construyendo una bomba hacia el futuro”, enfatizó.
En búsqueda de lograr mayor armonía y coherencia, cada uno de los 3 presidenciables designará un representante para coordinar posiciones y fomentar la convivencia pacífica, evitando así hacer públicas las diferencias sin filtro alguno. También se consideró la creación de una Mesa Nacional para debatir temas electorales. El gran derrotado, sin lugar a dudas, fue Horacio Rodríguez Larreta.
El alcalde porteño tiene en claro que su carta ganadora consiste en cerrar acuerdo nacional con la Unión Cívica Radical (UCR), llevar como “vice” al gobernador jujeño Gerardo Morales y de candidato a jefe de Gobierno de CABA a Martín Lousteau. Sin embargo, esta decisión puede costarle la pérdida de respaldo al interior del PRO, ya que la voluntad unívoca dentro del partido consiste en conservar el control de la capital. Aún por encima de la Presidencia de la Nación.
Del desayuno convocado por Mauricio Macri para armonizar posiciones, Larreta salió “halconizado”. No ganó mucho: apenas ser considerado como uno de los tres presidenciables del PRO, junto con Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal. Debió ceder en cuanto a su propuesta de Gobierno. No sólo debió descartar su plan de construcción de consensos, lo que significa en la práctica tirar a la basura su eventual alianza con la UCR.
Pero Rodríguez Larreta está shockeado. Y así lo demostró al participar del programa de Luis Majul, cuando cometió un terrible furcio: “Yo trabajo todos los días para que se rompa esa unidad”. Sin dudas no fue eso lo que quería subrayar. Sólo le traicionó el inconsciente.
Pero, volviendo a la interna del PRO, si bien para algunos fue sorpresa la decisión de Mauricio Macri de apartarse de su candidatura presidencial, las palabras de Ritondo aún dejan lugar para la especulación, al enfatizar que “hoy” esos son los tres candidatos, pero quizá más adelante sea distinto.
El anuncio resulta coherente con la estrategia que viene desarrollando Mauricio Macri: ser reconocido como jefe indiscutido del PRO y dejar que las ambiciones de los tres candidatos terminen obligando a adoptar una solución negociada. En este escenario, la única candidatura capaz de armonizar la interna sería la del expresidente.