El artículo 16 de la Constitución Nacional dice: “Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad”. De todos modos, es de público conocimiento que la realidad la contradice y gran parte de los empleados públicos no están realmente calificados para el puesto que ocupan.
He aquí un gran ejemplo: empleados de Defensa Civil del Municipio de Pilar, tierra de Federico de Achával, tuvieron la magnífica idea de colocar un poste parado en un pozo de desagüe en el medio de la Ruta Provincial 25 sin ninguna señalización para evitar que algún auto se rompiera o se atascara al toparse con él.
Los ingeniosos empleados de De Achával acudieron al lugar tras un llamado que alertaba sobre el pozo, pero parecen no haber pensado que el remedio era peor que la enfermedad, ya que es difícil divisar un poste desde un auto a alta velocidad, ubicado en un lugar donde no debería estar y sin demarcación, acción que podría haber causado un grave accidente.
Catrasca: los inútiles empleados públicos de Pilar
Entre mediados del 2021 y principios del 2022, los pilarenses se vieron prácticamente imposibilitados para transitar por el centro de la ciudad, debido a la transformación de las calles que rodean la plaza central en el llamado “Paseo del Centro”.
Todo muy lindo pero… siempre hay peros. Por un lado, el diseño de las calles fue un horror: el giro hacia la derecha en todas las esquinas y los bolardos (postes de seguridad) son un martirio para los automovilistas, así como también la quita del estacionamiento.
Por otro lado, durante un incendio reciente en un local ubicado sobre las calles rediseñadas, los bomberos tuvieron el paso impedido hacia donde se desarrollaba el fuego debido al nuevo formato de las calles.
Y, como si fuera poco, muy pocos meses después de la finalización de la obra, se dieron cuenta de un hecho terrible: se olvidaron (o “se olvidaron”) de poner los caños de hormigón para el desagüe, por lo que tuvieron que levantar todo lo construido para colocarlos porque el agua de la lluvia no se iba.
Esta doble construcción significó un doble gasto para los contribuyentes del partido, así como también una gran pérdida para los comerciantes de la zona al impedirles el paso a los transeúntes durante tanto tiempo.