18 abril, 2025

HISTORIAS OLVIDADAS: ¿Se conocieron Mussolini y Disney?

Algunos expertos niegan una reunión que otras fuentes sitúan en Villa Torlonia. Entre ellas, un hijo del Duce y el hermano del dibujante...
10 Years Experiences

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Algunos expertos niegan una reunión que otras fuentes sitúan en Villa Torlonia. Entre ellas, un hijo del Duce y el hermano del dibujante.

Guita Carell fotografió a todo el que fue alguien en la Italia fascista: desde princesas como María José de Saboya a artistas como Vittorio de Sica y por supuesto, políticos, incluido Mussolini. Pero en la serie de retratos que realizó durante los años 20 y 30 del siglo XX, se coló alguien que no tenía sangre real ni era italiano ni militó en el Partido Fascista: Walt Disney.

Las tres fotografías que le hizo al creador estadounidense son de 1935 y cómo logró Carell captarlo sin salir de Italia lo explica el viaje, mitad turístico, mitad comercial que Disney, su esposa Lillian, su hermano Roy y la mujer de éste hicieron ese año por Europa.

Uno de los retratos que Carell le hizo a Disney en 1935.

En Italia, los hermanos querían reunirse con varias casas editoriales para llegar a un acuerdo económico sobre sus cómics, muy celebrados en el país de la bota desde que Mickey se convirtiera en “Topolino” el 31 de diciembre de 1932 de la mano del sello Nerbini. No fueron los únicos encuentros que concertaron en ese tour que iniciaron en Francia y les llevó por Suiza, Inglaterra y Alemania. Solo una de esas reuniones sigue suscitando controversia 84 años después: la que habrían tenido el padre de Mickey y Benito Mussolini.

PROBLEMAS MATRIMONIALES:

En 1935, la carrera de los hermanos estaba en su apogeo. Según el libro Disney’s World, su popularidad llegaba a las más altas esferas. “Los hombres de Estado y los políticos mencionaban a Mickey Mouse en sus discursos”, añade Leonard Mosley, autor del libro donde explica que en esos años se filtró a la prensa que lo que más le gustaba hacer en su tiempo libre al presidente Franklin Delano Roosevelt, era ver en la televisión Los tres cerditos.

Además, Walt acababa de encontrar a su Pato Donald, Clarence Nash, el maestro de escuela que le puso voz a su creación más refunfuñona. Fue un hallazgo, más teniendo en cuenta que él mismo había usado su laringe para insuflarle vida a Mickey. Tanto le gustó, que le pagó clases de español, italiano, portugués, alemán e incluso chino y japonés porque no quería que nadie más en el mundo interpretara a su “hijo”. Y así, Nash fue Donald durante 50 años.

Pero la vida personal de Disney no era en esos años tan excitante. Tras el nacimiento de Diane, ansiaba un hijo varón que no llegaba. Según Mosley, los médicos concluyeron que su nivel de espermatozoides era muy bajo y le procuraron un tratamiento para la tiroides que no funcionó. Volvió a fumar mucho y no estaba de buen humor, algo que afectó a su relación con Lillian, con quien llevaba diez años casado.

Por eso, para que su hermano y su cuñada se relajaran, organizó él mismo un viaje por Europa con la excusa de recoger un galardón que la Liga de Naciones le había concedido a Walt por “hacer felices a los niños”.

Los hermanos Disney, Walt y Roy, en una imagen de 1939.

LA VISITA DE LA DISCORDIA:

El éxito vino acompañado de mucho dinero, al que los dos matrimonios se acostumbraron rápidamente. Por eso el trayecto hasta Europa lo hicieron en el Normandía, el mejor crucero de lujo del momento, uno construido en los “felices años 20”, los mismos en que Disney empezó a forjar su éxito.

Lo que supuso su llegada a Italia en 1935 se puede ver en los vídeos del archivo del Istituto della Luce. Uno de ellos recoge la cena de gala que se hizo en honor de Walt en el Cinema Barberini en Roma. En la puerta, antes de entrar, se puede ver a Ghita Carell. También al ministro de Propaganda, Gian Galeazzo Ciano, casado con Edda, hija de Benito Mussolini.

A falta del Duce, su hija y su yerno hicieron los honores oficiales en aquella recepción. Pero la controversia sobre si Disney y Mussolini llegaron a conocerse no se ubica en la puerta de ese cine sino en Villa Torlonia. Si se atiende al relato de Romano Mussolini, cuarto vástago del dictador, Disney los visitó en aquella mansión que su padre acabaría convirtiendo en búnker.

Serata di gala in onore di Walt Disney.

Giornale Luce B0718 del 1935 Descrizione sequenze:fotografia di Walt Disney, creatore di Topolino ; disegni del famoso cartoon ; il cinema Barberini, sede della serata di gala ; gli invitati alla serata ; arrivo di Walt Disney e signora ; Il ministro per la Propaganda e Stampa e la Contessa Ciano Mussolini presenziano la cerimonia ; Archivio Storico Luce http://www.archivioluce.com .

Se lo contó en 1995 al periodista Francesco De Giacomo en IF, una revista especializada en cómics. En ella no solo habla de la pasión que sentían en su casa por las novelas gráficas, también relata la visita del dibujante y el regalo que les llevó a los más pequeños de la casa: “Fue recibido por mi padre y en esa ocasión nos dio a Anna y a mí un enorme Mickey de madera.”

Romano, que entonces tenía ocho años, se casó más tarde con María Scicolone, hermana de Sophia Loren y autora de A tavola con Il Duce (En la mesa con el Duce), un libro en el que además de explicar que al líder fascista le gustaba mucho el ajo también desgranaba la anécdota que le contó su marido. En esas páginas explica que su suegra, Rachele, preparó aquella tarde un pastel para agasajar a su invitado y que a Disney le gustó tanto, que le pidió la receta y decidieron llamarlo “Torta Topolino”.

Romano Mussolini, junto a su padre

PAPELES CONTRA RECUERDOS:

Didier Ghez no niega aquel encuentro tuviera lugar. Lo que niega el autor de Disney’s Grand Tour: Walt and Roy’s European y uno de los mayores expertos en la vida y la obra de Disney es que allí estuviera el Duce. Según explica al sitio Vanity Fair, una de las razones que le hace pensar así es que no hay registro de ese encuentro en la agenda oficial del mandatario. Al recordarle que todas las fuentes dicen que fue una visita privada, aporta la reconstrucción que hizo confrontando los eventos a los que acudieron los Disney y Mussolini para demostrar que no hubo hueco para que coincidieran.

La única posibilidad, dice, habría tenido lugar el 20 de julio de 1935. Ese día, un telegrama de Luigi Freddi, periodista y responsable de la política cinematográfica del régimen fascista, confirmó a Walt Disney que se vería con el yerno de Mussolini a las 5.30 de la tarde. Ghez cree que lo que pasó fue lo siguiente: quedaron en el Ministerio de Propaganda y luego les pidió a Walt y Roy que le acompañaran a casa de su suegra para recoger a Edda.

“Allí, los Disney se habrían reunido con la esposa de Mussolini, así como con el hijo, Romano, y con las hijas, Edda y Anna Maria. Desde allí, Ciano y Edda probablemente condujeron a Walt y Roy a su hotel, ubicado en Via Vittorio Veneto, 125, a seis minutos en coche de Villa Torlonia, para recoger a Lillian y Edna”. Después de una cena en el restaurante Alfredo, dice Ghez, las tres parejas fueron juntas al Barberini, y no hubo hueco para ver al Duce en ningún momento, pues otros compromisos que sí aparecen en su agenda le habrían impedido llegar a tiempo a casa para encontrarse con ellos.

Il Duce, Benito Mussolini durante un discurso.

El experto explica al sitio VF que dedicó 18 meses en llegar a esta conclusión. ¿Cómo explica entonces la versión de Romano? Como un caso de “realidad alternativa”, un proceso por el que los críos habrían escuchado anécdotas al respecto, las habrían mezclado y habrían acabado asumiendo que ese día su padre también estaba en casa.

Hay otras dos pruebas que usan quienes creen que Walt y Benito comieron torta juntos. Una es la foto que el dirigente le dedicó de su puño y letra al dibujante. El retrato es obra de Carell y en él se puede leer: “A Walt Disney, con cordiales saludos y felicitaciones”. Para Ghez, es un formalismo propio de un dignatario, no la frase de un hombre que ha conocido a otro personalmente. También aventura cuándo lo recibió el americano: “En una recepción organizada en su honor por el ministerio de Propaganda en el Hotel Ambassador, el 21 de julio”.

EL TESTIMONIO DE ROY

La otra prueba que refuta Ghez son los recuerdos de Roy Disney. Michael Barrier recoge en The Animated Man: A Life of Walt Disney una entrevista que concedió en 1967 al periodista Richard G. Hubler. “¿Sabes? Tiene una oficina realmente grande. (…) El tipo que nos condujo hasta él llevaba unos zapatos italianos que sonaron ‘ñic, ñic, ñic’ durante todo el trayecto hasta Mussolini. Él estaba allí sentado, con los ojos puestos en nosotros y sentado en la sombra. Al sentarte en la silla, te sentías como delante de un foco. Pero fue muy agradable y muy cordial”. Así recordaba el encuentro que él y Walt habrían tenido con Mussolini.

“El caso de Roy es mucho más desconcertante. La única explicación que tiene sentido, desde mi punto de vista, es que recordara la reunión con el yerno de Mussolini y pensara que era una reunión con Benito Mussolini”, argumenta Ghez. También añade que esa entrevista tuvo lugar en el final de la vida de Roy, dando a entender que quizás confundiera los recuerdos.

En su libro, Barrier da por buenos los recuerdos de Roy y de Romano. Pero al contactar con él, ha explicado al sitio VF que fue un error por su parte y que Ghez tiene razón. No ha dado más explicaciones. Quien da por bueno el encuentro con Mussolini es Leonard Mosley, que también habla en su libro de una visita de los Disney al Papa Pío XI, algo que Ghez atribuye a una invención de la prensa estadounidense, pues no hay registro de esas visitas en los diarios de Edna Disney, ni en los de Roy, “bastante exhaustivos”. Tampoco en la prensa italiana.

LEER CON CAUTELA

En Italia no son tan categóricos, y el experto en cómics y director de la revista Dime Web, Francesco Manetti, no llegó a ninguna conclusión en uno de los artículos que le ha dedicado al asunto. Lo que sí advierte es algo que hay que tener presente cuando se habla de alguien que ha tenido la trascendencia que tuvo, y aún tiene, Disney: leer lo que se dice sobre él con mucha cautela.

Walt Disney en sus últimos años

Por ejemplo, Manetti considera que Disney fue un capitalista atípico: claro que quería ganar dinero, pero también estaba dispuesto a perderlo. “A lo largo de los años se arriesgó a la quiebra varias veces para perseguir sus sueños, antes y después de Mickey.” El experto considera que uno de esas visiones escoradas es la de Marc Eliot en Walt Disney, Hollywood’s Dark Prince, basado en declaraciones de Art Babbitt, uno de los principales animadores de Disney y creador de Goofy que apoyó una huelga de empleados en 1941. “No desaprovechó ni una ocasión para atacar a su ex amigo”, apunta Manetti.

Esa precaución, Ghez dice aplicarla con documentos. “No siempre, pero a menudo, son más fiables que los recuerdos”, asevera al sitio VF e insiste en que él también creía que aquella reunión había tenido lugar cuando inició una investigación que contó con el apoyo de Diane, la hija de Disney. También tuvo el beneplácito de la compañía para publicarlo.

Ghez no ha sido el primer biógrafo aprobado por la factoría para contar la historia del hombre que nació en un municipio llamado Hermosa y se convirtió en el rey de la animación en todo el mundo. Solo un año después de la muerte de Walt, la familia contrató al ya citado Richard G. Hubler para que relatara su vida y su obra. La entrevista donde Roy explica la visita a Mussolini formaba parte del material de ese libro, que nunca vio la luz. “Lo entregué para que hicieran las correcciones y/o las deserciones”, indicó Hubler con ironía años después de haber entregado el manuscrito a la familia. Lo cobró, pero la respuesta que le dieron la resumió así el periodista: “Todo lo que obtuve fue silencio.”

EL AMOR DE MUSSOLINI POR LOS CÓMICS

Manetti no llegó a ninguna conclusión pero aportó argumentos que darían sentido a una reunión entre el creador americano y el líder fascista. Una es la relación que tenía Mussolini con el cartoon. “El amor por el cómic internacional, fomentado por la familia Mussolini, se dirigió sobre todo a las aventuras clásicas y los productos de Disney”, dice Manetti. También él habla de Romano, el hijo pianista de Mussolini, que adoraba las revistas de Flash Gordon, Popeye y “Topolino” y que obtuvo su carné “Amigo de Mickey Mouse” en 1936, un año después de la supuesta visita.

Ese interés venía de su padre: Benito Mussolini conocía los cómics y su poder, pues a pesar de encabezar un régimen en el que las palabras grandilocuentes tenían mucha importancia, también conocía el peso y la potencia de la imagen. Por eso contrató a Luigi “Liberio” Pensuti, que creó una película de animación para una campaña contra la tuberculosis promovida por el gobierno.

Pensuti fue el autor de los cortos de dibujos que se proyectaban en los años 30 en los cines italianos antes de cada película. La envergadura de su obra no se conoció hasta hace cinco años, cuando un donante anónimo cedió sus cintas a la Cineteca de Milán, el Istituto della Luce y el Cinema Ritrovato de Boloña. Así pudo verse el trabajo de un hombre que entre el nombre y el apellido se colocó la palabra “liberio” para recordar sus ideales anarquistas.

Il Dottor Churkill (1941)

NOTE: This video was made for the sole purpose of informing and preserving history. All ideas expressed by this material are only part of its historical context. Nazi ideas or any other similar position are totally rejected by the person who uploaded this video.

Uno de los cortos de Luigi “Liberio” Pensuti

Pero Pensuti, que en su juventud como marionetista se había enfrentado al fascismo, llegó a ser director del Istituto della Luce con Mussolini, que lo sacó del cargo cuando él se negó a sacarse el carné del Partido Fascista. Se le conocía como el “Walt Disney italiano”, y era admirador del estadounidense, aunque al contrario que él, nunca diseñó animales antropomórficos, algo que habría aplaudido Rafael Sánchez Ferlosio, el mayor crítico en España del creador americano. Lo acusaba, entre otras cosas, de simplificar la naturaleza. “No contentos con presentárnosla dopada y disfrazada, se la hace incluso hablar… a ella, que es el silencio por antonomasia.”

Pero también es eso, información mascada y digerida, lo que le gustaba a Mussolini de aquellos cómics que en los años 30 editaban sin parar sellos como Nerbini y Mondadori. Cómics que antes de ir a imprenta, eran aprobados por el régimen. Cómics que en ocasiones ni siquiera decían lo mismo que el original. Así se adivina en las Lezioni americane de Italo Calvino, donde recuerda su experiencia con aquellas revistas que leía cuando era un niño de camisa negra: “Estaba claro que el que traducía no tenía la menor idea de lo que había en los globos del original, porque no entendía el inglés o porque trabajaba en dibujos animados ya rediseñados y silenciados.”

Disney regaló un Mickey como este a los niños Mussolini.

LAS RAZONES DEL ENCUENTRO

A Mussolini le interesaba el cómic, como le interesaba cualquier medio de comunicación de masas y por eso también le interesaba Hollywood. Su relación con aquel mundo de brillos y estrellas era, como en tantas otras cosas lo era su régimen, ambivalente. “Los fascistas tenían sus ojos en Hollywood, que había sido descrito por el hijo del Duce, bombardero y cineasta, Vittorio Mussolini, como el ‘centro de la agitación política contra la idea fascista”, explica Esther Leslie en Hollywood Flatland: Animation, Critical Theory and Avant-garde.

Aun así, añade la autora, Blancanieves y los siete enanitos no solo reventó la taquilla americana también lo hizo en Roma cuando se estrenó, a finales de 1938. Incluso Ghitta Carell, la autora de los retratos de los dos hombres en cuestión, bebía de esa fuente para dar una imagen glamourosa, un tanto edulcorada, de los personajes clave del fascismo italiano, por eso no extraña que ella quisiera conocer a Disney y retratarlo, como no extraña que Mussolini también tuviera interés en verse con él.

Sobre todo teniendo en cuenta que cuando el 26 de noviembre de 1938 el régimen fascista prohibió la publicación de cómics estadounidenses, el único que se salvó fue el ratón Mickey, al parecer, por decisión de Mussolini. Aguantó hasta 1942, cuando Italia ya estaba involucrada en la Segunda Guerra Mundial y el ratón americano fue sustituido por Tuffolino, una copia creada por Federico Pedrocchi y Pier Lorenzo De Vita.

Pero también Disney fue ambiguo a su manera. De él, dice Barrier en su libro, de manera un tanto complaciente, que el oscurantismo que Walt Disney y la familia han aplicado a algunos episodios de su vida son fáciles de entender: “Solían implicar la deslealtad de un empleado.” Pero además del silencio, Walt usó otras estrategias para capear cuestiones y personas espinosas. El modo en que manejó su encuentro con Leni Riefenstahl es un ejemplo.

NEGANDO A LENI

El 4 de noviembre de 1938 un crucero de lujo llamado Europa llegó al puerto de Nueva York. Riefenstahl bajó de él con una única maleta. En la etiqueta identificativa, un seudónimo: Lotte Richter. Dentro, tres copias de Olimpia, la cinta que grabó sobre los Juegos Olímpicos de 1936 celebrados en Berlín.

La cineasta favorita de Adolf Hitler definió el viaje como de vacaciones, pero lo pagó el gobierno alemán. Viajó, entre otras cosas, para buscar distribuidora aunque lo que encontró al llegar a California fue un anuncio de la Liga Anti Nazi en el Hollywood Reporter: “No hay sitio en nuestros despachos para los agentes nazis”. Solo Walt Disney la recibió.

La visita incluyó una visita de tres horas por los estudios de la mayor factoría de animación del mundo, pero tres meses después, como recuerda Esther Leslie, Disney diría a la prensa que había atendido a la alemana sin saber quién era. De desenmascararlo se encargó ella misma al recordar que se habían conocido un año antes. Fue en el Festival de Cine de Venecia, donde él presentó seis películas a concurso. Y hubo buena sintonía: “Él tiene esa emoción alemana… por eso usa nuestras fábulas y nuestros cuentos de hadas”, añadió ella después de ser negada por Walt Disney, quien no dijo una palabra sobre la visita que hizo en 1935 a la familia Mussolini.


Redacción

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Un análisis diferente de la miniserie “Adolescencia”

“Adolescencia” se trata de una producción que explora distintos temas de enorme actualidad y que procuraré presentar en este escrito.

Antes de comenzar quiero aclarar que si bien creo que se trata de una miniserie que desde lo artístico no me atrajo demasiado, no por ello deja de llamar a la reflexión. Trataré no “espoilear”.

Primero, el contexto de la trama es importante. La historia se desarrolla en un pueblo o suburbio tranquilo (con vecinas chismosas y todo) y no en una gran ciudad. Esto, estimo, pretende mostrar que los problemas que se exponen no son exclusivos de las urbes.

En lo referido al ambiente familiar, la estructura es la de una familia clásica y tradicional: padres casados con dos hijos y presentes en la medida que sus trabajos se lo permiten. No se trata de una familia disfuncional.

Acá surge ciertos aspectos relevantes. El adolescente conflictivo en la historia es el hijo varón, no la hija. El padre muestra cierta “culpa” por trabajar tanto fuera de la casa y cierto desconcierto con respecto al porqué de los actos del hijo siendo que le dio “todo lo que quería” y “no le hizo sufrir lo mismo que él sufrió”. La figura masculina del hogar es un padre “Bulldozer”, un padre bueno y no un buen padre.

Creo que, si somos bien intencionados, el mensaje social, familiar y paterno busca alertar a los adultos sobre el riesgo de criar, a pesar de las buenas intenciones, un adolescente que resulte misógino; algo que resulta posible, pero poco probable. Sin embargo, intuyo un mensaje velado: el de equiparar esta posibilidad con la que se presenta en una familia disfuncional y carente de figura paterna. Las estadísticas a nivel mundial son claras al respecto y niegan esta insinuación.

Datos sobre criminalidad en Gran Bretaña

Hablando específicamente de Gran Bretaña, en la página del gobierno (gov.uk), podemos encontrar información sobre quienes cometen los delitos comprobando que los responsables no encajan con el arquetipo familiar representado en la miniserie.

En el año 2024, hubo 10.355 extranjeros detenidos (un tercio en prisión preventiva y dos tercios condenados), lo que representa el 12% de la población carcelaria total. Las nacionalidades más comunes son: albaneses (11%), polacos (8%), rumanos (7%), irlandeses (6%) y jamaicanos (3%).

Estos datos presentan un sub registro. Entre los años 2006 y 2022, el porcentaje de personas arrestadas cuya etnia “no se conocía” varió. Entre el 2009 y el 2014 fue del 2%, mientras que entre el 2020 y el 2022 aumentó al 15%.

En el 2023 hubo 668.979 arrestos en Inglaterra y Gales, 14.000 más que el año anterior. Los negros tenían 2,2 veces más probabilidades de ser arrestados que los blancos y los hombres casi 6 veces más que las mujeres.

El escenario escolar

Otro escenario que se presenta en la miniserie es el de la escuela. Aquí llama la atención la falta de autoridad de los docentes y directivos quienes se ven desbordados por los estudiantes.

En este espacio formativo ingresan los detectives, quienes muestran su desprecio por el sistema educativo imperante al referir que ni siquiera soportan su olor y que les causa claustrofobia. La educación se encuentra personificada por una arquitectura descuidada, gris y rígida, mientras que los alumnos representan la revolución contra el sistema al llenar sus paredes de arcoíris, wokismo y globalismo.

El tratamiento de la masculinidad

El fundamento principal de la miniserie, aunque siempre tratado de forma sutil y con precisión quirúrgica, es la masculinidad. Se mencionan y dejan suspendidos en un aire indefinidamente sospechoso, términos tales como manósfera e incels, conceptos que merecen un tratamiento más serio y profundo, ya que representan una realidad compleja que es necesario comprender.

Estos términos, así como los de masculinismo, red pillers, o MGTOW (Men Going Their Own) configuran una realidad social actual muy delicada que recomiendo comenzar a explorar con el video “adolescencia: llena de propaganda feminista y mentiras” del canal “La entropía de Valen”. Si bien el título resulta incisivo, provocador y tendencioso (esto es preciso para aumentar las visualizaciones), considero que en él su tratamiento es intelectualmente honesto. De todos modos, siempre recomiendo seguir investigando y no quedarse con la “primer campana que se escucha”.

En esta línea, la psicóloga que entrevista al adolescente se toma varias sesiones para evaluarlo, actitud que un guardia marca como muy diferente a la del otro psicólogo interviniente que resulta ser un hombre que ni siquiera aparece en escena. La dirección de sus pesquisas se centra en buscar las definiciones de qué significa para el acusado ser un hombre y qué es para él la masculinidad, procurando establecer cuál es el peso de la figura paterna en su comportamiento.

La sospecha de la psicóloga es validada al final de la miniserie cuando el padre estalla en cólera, al tiempo que su esposa e hija muestran una actitud sumisa y hasta temerosa. Esto resulta en una obscena operación ideológica que confirmaría la mala influencia de un padre protector, masculino y tradicional. ¡Por supuesto que iba a estallar!, cuando vean la miniserie pregúntense, con una mano en el corazón, cómo reaccionarían ustedes ante los sucesos que padece.

Con respecto al teórico silencio sumiso de las mujeres de la casa, que dejan que el padre se violente, que lloran calladas y que le preguntan banalidades al hijo cuando este asume su responsabilidad, es otra bajeza del mensaje. Lo mismo sucede con el llanto del padre deconstruído y con la valoración de su madre por parte del acusado que la considera poco más que un electrodoméstico benévolo. No me sorprende que las mujeres de la casa reaccionasen así, no por sumisas, sino por procurar mantener la mayor estabilidad y armonía posible en semejante catástrofe.

La hipergamia y la regla del 80/20

En un momento, el adolescente justifica su frustración y enojo al hablar de la hipergamia femenina y de la llamada regla del 80/20 o Principio de Pareto, el cual establece que el 80% de los resultados provienen del 20% de las causas. El adolescente dice que el 80% de las mujeres buscan al 20% de los hombres. Aplicar este principio de manera literal a las relaciones humanas es, como mínimo, cuestionable y descabellado.

Sin dudas todos procuramos lo mejor para nosotros, incluso aunque esté fuera de nuestro alcance, y esto incluye las relaciones personales y amorosas. Los hombres procuran atraer a las mujeres más bellas, jóvenes y alegres posible mientras que las mujeres prefieren a hombres más altos que ellas, seguros de sí mismos y con solvencia económica. Esto no tiene que ver con el pobre Pareto sino con nuestros más profundos, primitivos e inconscientes instintos, es más natural y biológico que cultural.

Reflexiones finales

En esta ¿primera temporada? queda pendiente el hijo del detective. Él también concurre a la misma escuela y estoy seguro será el protagonista de una próxima temporada.

Llama la atención el exceso de violencia que utiliza la policía para arrestar a un adolescente que cometió un delito pero que no es un “terminator”. Lo mismo sucede con el retorcido rol de la policía durante el interrogatorio. ¿Cuál es el sentido de realizarlo y no mostrarle el video desde un principio? La trama no es de suspenso ni es un policial por lo que esta interpelación no estaría justificada.

El delito que cometió es horroroso, pero aplicar semejante despliegue en la captura e interrogatorio parece más propio del tratamiento de un narcotraficante o de un terrorista.

La palabra “nonse”, con la que vandalizan la camioneta del padre, es utilizada entre los presos de Inglaterra para referirse a un pedófilo y en la jerga popular tiene una connotación similar. ¿Qué sentido tiene este graffiti? ¿Por qué no escribieron asesino o algo así? Nuevamente debemos pensar en mensajes indirectos y este sugeriría que al padre se lo condena socialmente por abusar de su hijo.

En la misma línea de responsabilizar al padre, se insinúa que si este no lo hubiese obligado a realizar deportes de “macho” y le hubiese permitido dedicarse al arte (en la miniserie se da a entender que él lo consideraba menos masculino) quizás el hijo no hubiese sido un “monstruo”. Otro punto en contra del padre y van…

Algo que me pregunto es: ¿cómo puede ser considerado “incel” un adolescente de 13 años? Claramente esto solo puede suceder si se sexualiza a los menores. La ideología de género y la agenda woke a acabado con la inocencia y lo naif de la niñez y de la adolescencia temprana, basta escuchar las consignas del posmodernismo en sus referentes ideológicos o políticos.

Como conclusión, creo que es una producción que merece ser vista con una mirada crítica. Plantea situaciones reales que no son nuevas. El bullying existe desde siempre (antes se burlaban de los niños con lentes y se les llamaba “cuatro ojos”) solo que en la actualidad se ha acentuado por la conectividad instantánea, anónima e incesante presente en las redes y por la falta de límites, de tolerancia a la frustración y de resiliencia en los adolescentes. Los principales responsables son sus progenitores, quienes los dejaron huérfanos al renunciar a ser sus padres para convertirse en sus amigos.

Considero que, como padres, el foco debemos ponerlo en la comprensión de los mensajes conductuales y actitudinales de nuestros hijos y en el lenguaje escrito no alfabético que utilizan. El hombre de la caverna se expresaba con pinturas rupestres, nosotros con palabras y los jóvenes con stickers o emoticons (suerte de pintura rupestre 3.0). Si no comprendemos los códigos de comunicación que utilizan nuestros hijos y nuestros alumnos, no podremos identificar los peligros que les rodea.

Para finalizar, sugiero retomar ciertos principios fundamentales en la educación de nuestros hijos: patria potestad, autoridad (sin caer en el autoritarismo), disciplina (sin militarismo), responsabilidad y resiliencia. Estos valores son esenciales y dependen principalmente de nosotros, los padres, y en menor medida de la escuela, la religión o los políticos.

Rogelio Lopez Guillemain

Medico Cirujano . rogeliolopezg@hotmail.com

FRACASO PROGRE: “Blancanieves” se hunde en taquilla

Disney lanzó su remake en acción real de “Blancanieves” y registró uno de los desempeños más bajos en la historia del estudio. A pesar de contar con un presupuesto que informes ubican entre 240 y 300 millones de dólares (con un reembolso fiscal de 55,5 millones del Gobierno británico, lo que redujo el gasto neto a unos 213,9 millones), la cinta recaudó solo 3,5 millones de dólares en sus vistas previas del jueves y llegó a 87,3 millones en su debut mundial, lejos de los 100 millones que la compañía había proyectado. De esa cifra, 43 millones provinieron de Estados Unidos y Canadá, mientras que 44,3 millones correspondieron al mercado internacional, ubicándola de momento como la sexta película más taquillera de 2025.

El resultado supuso un revés financiero para Disney, que necesitaba al menos recaudar entre 428 y 600 millones de dólares para no entrar en pérdidas. Analistas estimaron que, de no superar la barrera de los 428 millones, las pérdidas podrían rondar entre 50 y 100 millones de dólares. Escenarios más pesimistas, basados en comparaciones con otros remakes como “La Sirenita” (2023), advirtieron que si la recaudación bajaba de 400 millones, Disney podría perder más de 100 millones, y, si se quedaba en 300 millones, las pérdidas podrían superar los 150 millones.

La cinta generó controversia antes y después de su estreno. Rachel Zegler, catalogada como actriz “progresista” e “izquierdista” en redes sociales, recibió críticas por calificar la versión animada de 1937 de “extremadamente anticuada en cuanto a la idea de que las mujeres ocupen roles de poder”. Además, Zegler comentó que “tenía miedo de la película original cuando era niña”. Estas declaraciones, sumadas a su postura de “Free Palestine” en redes, contrastaron con la de Gal Gadot —israelí y defensora de su país— y provocaron desencuentros entre ambas actrices por sus opiniones políticas sobre el conflicto en Gaza.

El filme, dirigido por Marc Webb, se anunció como una adaptación más inclusiva que la original de 1937, pero terminó recibiendo críticas por cambios considerados superficiales. Blancanieves, interpretada por Zegler, ya no fue definida por su tez “blanca como la nieve”, sino por la anécdota de una tormenta que la marcó en la infancia. El príncipe se transformó en un ladrón al estilo Robin Hood y la icónica canción “Someday My Prince Will Come” desapareció del metraje. También se sustituyó a los siete enanitos por “criaturas mágicas” generadas por computadora. Este último punto fue muy cuestionado por seguidores y actores como Peter Dinklage, quien señaló que Disney “siguió contando esa historia tan retrógrada sobre siete enanitos viviendo juntos en una cueva” mientras presumía de progresismo.

Las críticas de la prensa no fueron menos contundentes. Medios especializados como The Hollywood Reporter situaron su recaudación de estreno en menos de 50 millones en Estados Unidos. Rotten Tomatoes arrojó un 44% de aprobación, mientras en IMDb la puntuación se ubicó en 2,4/10. Brian Viner, de Daily Mail, la describió con dos estrellas y sostuvo que “las intenciones de Disney de no ofender a nadie han logrado ofender a todos”. The Times of London la llamó “un bajo absoluto para la destrucción cultural” y The Guardian la calificó de “innecesaria”. En tanto, el hijo del director original de “Blancanieves” arremetió contra este live action al considerar que “la magia de la película original se ha perdido”.

En un intento por reducir la presión mediática, Disney optó por estrenos de menor perfil. El acto principal se realizó en el castillo de Segovia, España, inspiración para la película animada de 1937, sin alfombra roja ni presencia masiva de la prensa. Mientras tanto, Gal Gadot y Rachel Zegler protagonizaron tensiones que se sumaron a las polémicas en torno al proyecto.

A pesar de todas las controversias, la cinta se posicionó como la sexta película más taquillera de 2025 en su fin de semana de debut. Sin embargo, su recaudación inicial de 87,3 millones de dólares quedó 12,7 millones por debajo de la expectativa de Disney. Analistas y observadores coincidieron en que la compañía necesitaba un éxito rotundo para justificar el elevado presupuesto y los gastos de promoción. En medio de este panorama, trascendió que Zegler fue seleccionada para encarnar a Eva Perón en el musical “Evita”, hecho que causó comentarios irónicos en redes, al recordar que la figura argentina era “verdaderamente ‘blanca como la nieve’”.

La empresa, que ya había enfrentado dificultades con otros remakes live action, afrontó un escenario de pérdidas potencialmente millonarias. Queda por ver si el filme logrará un repunte en las próximas semanas o si, como auguraron varios críticos, terminará como uno de los mayores fracasos de Disney en los últimos años.

Redacción

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