HISTORIAS OLVIDADAS: ¿Se conocieron Mussolini y Disney?

Algunos expertos niegan una reunión que otras fuentes sitúan en Villa Torlonia. Entre ellas, un hijo del Duce y el hermano del dibujante...
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10 Years Experiences

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Algunos expertos niegan una reunión que otras fuentes sitúan en Villa Torlonia. Entre ellas, un hijo del Duce y el hermano del dibujante.

Guita Carell fotografió a todo el que fue alguien en la Italia fascista: desde princesas como María José de Saboya a artistas como Vittorio de Sica y por supuesto, políticos, incluido Mussolini. Pero en la serie de retratos que realizó durante los años 20 y 30 del siglo XX, se coló alguien que no tenía sangre real ni era italiano ni militó en el Partido Fascista: Walt Disney.

Las tres fotografías que le hizo al creador estadounidense son de 1935 y cómo logró Carell captarlo sin salir de Italia lo explica el viaje, mitad turístico, mitad comercial que Disney, su esposa Lillian, su hermano Roy y la mujer de éste hicieron ese año por Europa.

Uno de los retratos que Carell le hizo a Disney en 1935.

En Italia, los hermanos querían reunirse con varias casas editoriales para llegar a un acuerdo económico sobre sus cómics, muy celebrados en el país de la bota desde que Mickey se convirtiera en “Topolino” el 31 de diciembre de 1932 de la mano del sello Nerbini. No fueron los únicos encuentros que concertaron en ese tour que iniciaron en Francia y les llevó por Suiza, Inglaterra y Alemania. Solo una de esas reuniones sigue suscitando controversia 84 años después: la que habrían tenido el padre de Mickey y Benito Mussolini.

PROBLEMAS MATRIMONIALES:

En 1935, la carrera de los hermanos estaba en su apogeo. Según el libro Disney’s World, su popularidad llegaba a las más altas esferas. “Los hombres de Estado y los políticos mencionaban a Mickey Mouse en sus discursos”, añade Leonard Mosley, autor del libro donde explica que en esos años se filtró a la prensa que lo que más le gustaba hacer en su tiempo libre al presidente Franklin Delano Roosevelt, era ver en la televisión Los tres cerditos.

Además, Walt acababa de encontrar a su Pato Donald, Clarence Nash, el maestro de escuela que le puso voz a su creación más refunfuñona. Fue un hallazgo, más teniendo en cuenta que él mismo había usado su laringe para insuflarle vida a Mickey. Tanto le gustó, que le pagó clases de español, italiano, portugués, alemán e incluso chino y japonés porque no quería que nadie más en el mundo interpretara a su “hijo”. Y así, Nash fue Donald durante 50 años.

Pero la vida personal de Disney no era en esos años tan excitante. Tras el nacimiento de Diane, ansiaba un hijo varón que no llegaba. Según Mosley, los médicos concluyeron que su nivel de espermatozoides era muy bajo y le procuraron un tratamiento para la tiroides que no funcionó. Volvió a fumar mucho y no estaba de buen humor, algo que afectó a su relación con Lillian, con quien llevaba diez años casado.

Por eso, para que su hermano y su cuñada se relajaran, organizó él mismo un viaje por Europa con la excusa de recoger un galardón que la Liga de Naciones le había concedido a Walt por “hacer felices a los niños”.

Los hermanos Disney, Walt y Roy, en una imagen de 1939.

LA VISITA DE LA DISCORDIA:

El éxito vino acompañado de mucho dinero, al que los dos matrimonios se acostumbraron rápidamente. Por eso el trayecto hasta Europa lo hicieron en el Normandía, el mejor crucero de lujo del momento, uno construido en los “felices años 20”, los mismos en que Disney empezó a forjar su éxito.

Lo que supuso su llegada a Italia en 1935 se puede ver en los vídeos del archivo del Istituto della Luce. Uno de ellos recoge la cena de gala que se hizo en honor de Walt en el Cinema Barberini en Roma. En la puerta, antes de entrar, se puede ver a Ghita Carell. También al ministro de Propaganda, Gian Galeazzo Ciano, casado con Edda, hija de Benito Mussolini.

A falta del Duce, su hija y su yerno hicieron los honores oficiales en aquella recepción. Pero la controversia sobre si Disney y Mussolini llegaron a conocerse no se ubica en la puerta de ese cine sino en Villa Torlonia. Si se atiende al relato de Romano Mussolini, cuarto vástago del dictador, Disney los visitó en aquella mansión que su padre acabaría convirtiendo en búnker.

Serata di gala in onore di Walt Disney.

Giornale Luce B0718 del 1935 Descrizione sequenze:fotografia di Walt Disney, creatore di Topolino ; disegni del famoso cartoon ; il cinema Barberini, sede della serata di gala ; gli invitati alla serata ; arrivo di Walt Disney e signora ; Il ministro per la Propaganda e Stampa e la Contessa Ciano Mussolini presenziano la cerimonia ; Archivio Storico Luce http://www.archivioluce.com .

Se lo contó en 1995 al periodista Francesco De Giacomo en IF, una revista especializada en cómics. En ella no solo habla de la pasión que sentían en su casa por las novelas gráficas, también relata la visita del dibujante y el regalo que les llevó a los más pequeños de la casa: “Fue recibido por mi padre y en esa ocasión nos dio a Anna y a mí un enorme Mickey de madera.”

Romano, que entonces tenía ocho años, se casó más tarde con María Scicolone, hermana de Sophia Loren y autora de A tavola con Il Duce (En la mesa con el Duce), un libro en el que además de explicar que al líder fascista le gustaba mucho el ajo también desgranaba la anécdota que le contó su marido. En esas páginas explica que su suegra, Rachele, preparó aquella tarde un pastel para agasajar a su invitado y que a Disney le gustó tanto, que le pidió la receta y decidieron llamarlo “Torta Topolino”.

Romano Mussolini, junto a su padre

PAPELES CONTRA RECUERDOS:

Didier Ghez no niega aquel encuentro tuviera lugar. Lo que niega el autor de Disney’s Grand Tour: Walt and Roy’s European y uno de los mayores expertos en la vida y la obra de Disney es que allí estuviera el Duce. Según explica al sitio Vanity Fair, una de las razones que le hace pensar así es que no hay registro de ese encuentro en la agenda oficial del mandatario. Al recordarle que todas las fuentes dicen que fue una visita privada, aporta la reconstrucción que hizo confrontando los eventos a los que acudieron los Disney y Mussolini para demostrar que no hubo hueco para que coincidieran.

La única posibilidad, dice, habría tenido lugar el 20 de julio de 1935. Ese día, un telegrama de Luigi Freddi, periodista y responsable de la política cinematográfica del régimen fascista, confirmó a Walt Disney que se vería con el yerno de Mussolini a las 5.30 de la tarde. Ghez cree que lo que pasó fue lo siguiente: quedaron en el Ministerio de Propaganda y luego les pidió a Walt y Roy que le acompañaran a casa de su suegra para recoger a Edda.

“Allí, los Disney se habrían reunido con la esposa de Mussolini, así como con el hijo, Romano, y con las hijas, Edda y Anna Maria. Desde allí, Ciano y Edda probablemente condujeron a Walt y Roy a su hotel, ubicado en Via Vittorio Veneto, 125, a seis minutos en coche de Villa Torlonia, para recoger a Lillian y Edna”. Después de una cena en el restaurante Alfredo, dice Ghez, las tres parejas fueron juntas al Barberini, y no hubo hueco para ver al Duce en ningún momento, pues otros compromisos que sí aparecen en su agenda le habrían impedido llegar a tiempo a casa para encontrarse con ellos.

Il Duce, Benito Mussolini durante un discurso.

El experto explica al sitio VF que dedicó 18 meses en llegar a esta conclusión. ¿Cómo explica entonces la versión de Romano? Como un caso de “realidad alternativa”, un proceso por el que los críos habrían escuchado anécdotas al respecto, las habrían mezclado y habrían acabado asumiendo que ese día su padre también estaba en casa.

Hay otras dos pruebas que usan quienes creen que Walt y Benito comieron torta juntos. Una es la foto que el dirigente le dedicó de su puño y letra al dibujante. El retrato es obra de Carell y en él se puede leer: “A Walt Disney, con cordiales saludos y felicitaciones”. Para Ghez, es un formalismo propio de un dignatario, no la frase de un hombre que ha conocido a otro personalmente. También aventura cuándo lo recibió el americano: “En una recepción organizada en su honor por el ministerio de Propaganda en el Hotel Ambassador, el 21 de julio”.

EL TESTIMONIO DE ROY

La otra prueba que refuta Ghez son los recuerdos de Roy Disney. Michael Barrier recoge en The Animated Man: A Life of Walt Disney una entrevista que concedió en 1967 al periodista Richard G. Hubler. “¿Sabes? Tiene una oficina realmente grande. (…) El tipo que nos condujo hasta él llevaba unos zapatos italianos que sonaron ‘ñic, ñic, ñic’ durante todo el trayecto hasta Mussolini. Él estaba allí sentado, con los ojos puestos en nosotros y sentado en la sombra. Al sentarte en la silla, te sentías como delante de un foco. Pero fue muy agradable y muy cordial”. Así recordaba el encuentro que él y Walt habrían tenido con Mussolini.

“El caso de Roy es mucho más desconcertante. La única explicación que tiene sentido, desde mi punto de vista, es que recordara la reunión con el yerno de Mussolini y pensara que era una reunión con Benito Mussolini”, argumenta Ghez. También añade que esa entrevista tuvo lugar en el final de la vida de Roy, dando a entender que quizás confundiera los recuerdos.

En su libro, Barrier da por buenos los recuerdos de Roy y de Romano. Pero al contactar con él, ha explicado al sitio VF que fue un error por su parte y que Ghez tiene razón. No ha dado más explicaciones. Quien da por bueno el encuentro con Mussolini es Leonard Mosley, que también habla en su libro de una visita de los Disney al Papa Pío XI, algo que Ghez atribuye a una invención de la prensa estadounidense, pues no hay registro de esas visitas en los diarios de Edna Disney, ni en los de Roy, “bastante exhaustivos”. Tampoco en la prensa italiana.

LEER CON CAUTELA

En Italia no son tan categóricos, y el experto en cómics y director de la revista Dime Web, Francesco Manetti, no llegó a ninguna conclusión en uno de los artículos que le ha dedicado al asunto. Lo que sí advierte es algo que hay que tener presente cuando se habla de alguien que ha tenido la trascendencia que tuvo, y aún tiene, Disney: leer lo que se dice sobre él con mucha cautela.

Walt Disney en sus últimos años

Por ejemplo, Manetti considera que Disney fue un capitalista atípico: claro que quería ganar dinero, pero también estaba dispuesto a perderlo. “A lo largo de los años se arriesgó a la quiebra varias veces para perseguir sus sueños, antes y después de Mickey.” El experto considera que uno de esas visiones escoradas es la de Marc Eliot en Walt Disney, Hollywood’s Dark Prince, basado en declaraciones de Art Babbitt, uno de los principales animadores de Disney y creador de Goofy que apoyó una huelga de empleados en 1941. “No desaprovechó ni una ocasión para atacar a su ex amigo”, apunta Manetti.

Esa precaución, Ghez dice aplicarla con documentos. “No siempre, pero a menudo, son más fiables que los recuerdos”, asevera al sitio VF e insiste en que él también creía que aquella reunión había tenido lugar cuando inició una investigación que contó con el apoyo de Diane, la hija de Disney. También tuvo el beneplácito de la compañía para publicarlo.

Ghez no ha sido el primer biógrafo aprobado por la factoría para contar la historia del hombre que nació en un municipio llamado Hermosa y se convirtió en el rey de la animación en todo el mundo. Solo un año después de la muerte de Walt, la familia contrató al ya citado Richard G. Hubler para que relatara su vida y su obra. La entrevista donde Roy explica la visita a Mussolini formaba parte del material de ese libro, que nunca vio la luz. “Lo entregué para que hicieran las correcciones y/o las deserciones”, indicó Hubler con ironía años después de haber entregado el manuscrito a la familia. Lo cobró, pero la respuesta que le dieron la resumió así el periodista: “Todo lo que obtuve fue silencio.”

EL AMOR DE MUSSOLINI POR LOS CÓMICS

Manetti no llegó a ninguna conclusión pero aportó argumentos que darían sentido a una reunión entre el creador americano y el líder fascista. Una es la relación que tenía Mussolini con el cartoon. “El amor por el cómic internacional, fomentado por la familia Mussolini, se dirigió sobre todo a las aventuras clásicas y los productos de Disney”, dice Manetti. También él habla de Romano, el hijo pianista de Mussolini, que adoraba las revistas de Flash Gordon, Popeye y “Topolino” y que obtuvo su carné “Amigo de Mickey Mouse” en 1936, un año después de la supuesta visita.

Ese interés venía de su padre: Benito Mussolini conocía los cómics y su poder, pues a pesar de encabezar un régimen en el que las palabras grandilocuentes tenían mucha importancia, también conocía el peso y la potencia de la imagen. Por eso contrató a Luigi “Liberio” Pensuti, que creó una película de animación para una campaña contra la tuberculosis promovida por el gobierno.

Pensuti fue el autor de los cortos de dibujos que se proyectaban en los años 30 en los cines italianos antes de cada película. La envergadura de su obra no se conoció hasta hace cinco años, cuando un donante anónimo cedió sus cintas a la Cineteca de Milán, el Istituto della Luce y el Cinema Ritrovato de Boloña. Así pudo verse el trabajo de un hombre que entre el nombre y el apellido se colocó la palabra “liberio” para recordar sus ideales anarquistas.

Il Dottor Churkill (1941)

NOTE: This video was made for the sole purpose of informing and preserving history. All ideas expressed by this material are only part of its historical context. Nazi ideas or any other similar position are totally rejected by the person who uploaded this video.

Uno de los cortos de Luigi “Liberio” Pensuti

Pero Pensuti, que en su juventud como marionetista se había enfrentado al fascismo, llegó a ser director del Istituto della Luce con Mussolini, que lo sacó del cargo cuando él se negó a sacarse el carné del Partido Fascista. Se le conocía como el “Walt Disney italiano”, y era admirador del estadounidense, aunque al contrario que él, nunca diseñó animales antropomórficos, algo que habría aplaudido Rafael Sánchez Ferlosio, el mayor crítico en España del creador americano. Lo acusaba, entre otras cosas, de simplificar la naturaleza. “No contentos con presentárnosla dopada y disfrazada, se la hace incluso hablar… a ella, que es el silencio por antonomasia.”

Pero también es eso, información mascada y digerida, lo que le gustaba a Mussolini de aquellos cómics que en los años 30 editaban sin parar sellos como Nerbini y Mondadori. Cómics que antes de ir a imprenta, eran aprobados por el régimen. Cómics que en ocasiones ni siquiera decían lo mismo que el original. Así se adivina en las Lezioni americane de Italo Calvino, donde recuerda su experiencia con aquellas revistas que leía cuando era un niño de camisa negra: “Estaba claro que el que traducía no tenía la menor idea de lo que había en los globos del original, porque no entendía el inglés o porque trabajaba en dibujos animados ya rediseñados y silenciados.”

Disney regaló un Mickey como este a los niños Mussolini.

LAS RAZONES DEL ENCUENTRO

A Mussolini le interesaba el cómic, como le interesaba cualquier medio de comunicación de masas y por eso también le interesaba Hollywood. Su relación con aquel mundo de brillos y estrellas era, como en tantas otras cosas lo era su régimen, ambivalente. “Los fascistas tenían sus ojos en Hollywood, que había sido descrito por el hijo del Duce, bombardero y cineasta, Vittorio Mussolini, como el ‘centro de la agitación política contra la idea fascista”, explica Esther Leslie en Hollywood Flatland: Animation, Critical Theory and Avant-garde.

Aun así, añade la autora, Blancanieves y los siete enanitos no solo reventó la taquilla americana también lo hizo en Roma cuando se estrenó, a finales de 1938. Incluso Ghitta Carell, la autora de los retratos de los dos hombres en cuestión, bebía de esa fuente para dar una imagen glamourosa, un tanto edulcorada, de los personajes clave del fascismo italiano, por eso no extraña que ella quisiera conocer a Disney y retratarlo, como no extraña que Mussolini también tuviera interés en verse con él.

Sobre todo teniendo en cuenta que cuando el 26 de noviembre de 1938 el régimen fascista prohibió la publicación de cómics estadounidenses, el único que se salvó fue el ratón Mickey, al parecer, por decisión de Mussolini. Aguantó hasta 1942, cuando Italia ya estaba involucrada en la Segunda Guerra Mundial y el ratón americano fue sustituido por Tuffolino, una copia creada por Federico Pedrocchi y Pier Lorenzo De Vita.

Pero también Disney fue ambiguo a su manera. De él, dice Barrier en su libro, de manera un tanto complaciente, que el oscurantismo que Walt Disney y la familia han aplicado a algunos episodios de su vida son fáciles de entender: “Solían implicar la deslealtad de un empleado.” Pero además del silencio, Walt usó otras estrategias para capear cuestiones y personas espinosas. El modo en que manejó su encuentro con Leni Riefenstahl es un ejemplo.

NEGANDO A LENI

El 4 de noviembre de 1938 un crucero de lujo llamado Europa llegó al puerto de Nueva York. Riefenstahl bajó de él con una única maleta. En la etiqueta identificativa, un seudónimo: Lotte Richter. Dentro, tres copias de Olimpia, la cinta que grabó sobre los Juegos Olímpicos de 1936 celebrados en Berlín.

La cineasta favorita de Adolf Hitler definió el viaje como de vacaciones, pero lo pagó el gobierno alemán. Viajó, entre otras cosas, para buscar distribuidora aunque lo que encontró al llegar a California fue un anuncio de la Liga Anti Nazi en el Hollywood Reporter: “No hay sitio en nuestros despachos para los agentes nazis”. Solo Walt Disney la recibió.

La visita incluyó una visita de tres horas por los estudios de la mayor factoría de animación del mundo, pero tres meses después, como recuerda Esther Leslie, Disney diría a la prensa que había atendido a la alemana sin saber quién era. De desenmascararlo se encargó ella misma al recordar que se habían conocido un año antes. Fue en el Festival de Cine de Venecia, donde él presentó seis películas a concurso. Y hubo buena sintonía: “Él tiene esa emoción alemana… por eso usa nuestras fábulas y nuestros cuentos de hadas”, añadió ella después de ser negada por Walt Disney, quien no dijo una palabra sobre la visita que hizo en 1935 a la familia Mussolini.


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El vocalista principal de Kiss se pronunció en contra de la autopercepción: “Confunden a los niños”

Un día después de brindar su gran, y último, concierto en el Parque de la Ciudad, en donde miles de fans del dichoso grupo de hardrock estuvieron presentes, el chico de la estrella, Paul Stanley, subió a sus redes sociales un sorpresivo comunicado en donde criticó el concepto de imbuir en los niños la identidad sexual.

La ideología de género avanza y cada vez toma más terreno entre los niños a tal punto que las críticas hacia ésta se acrecientan también a la par. Muchos ciudadanos, estrellas y actores han comenzado a exponer su hartazgo por ella que sin la menor dilación artistas musicales como Stanley lo manifiestan en sus redes sociales.

Paul Stanley, cantante de la banda KISS.
Paul Stanley, cantante de la banda KISS

“Hay una gran diferencia entre lo que es de verdad enseñar a aceptar y normalizar e incluso fomentar la participación en un estilo de vida que confunde a los niños pequeños para que se cuestionen su identificación sexual como si fuera una especie de juego y luego los padres, en algunos casos, lo permiten”, lanzó en sus redes principales la voz principal de KISS.

En dicho posteo, el mismo guitarrista y compositor también consolidó que “muchos niños que no tienen un sentido real de la sexualidad o de las experiencias sexuales atrapados en la ‘diversión’ de usar pronombres y decir con qué se identifican” y esto “lo han convertido en una triste y peligrosa moda”.

A pesar de las respuestas negativas que recibió Paul Stanley tras dar su punto de vista al respecto, a su vez hubo muchos fans de la banda estadounidense que se mostraron a favor de su opinión. Comentarios como: “Gracias por ser uno de los pocos músicos que tiene la valentía de decir la verdad” o “Cuenta con mi apoyo siempre, querido Paul”, eran los más sobresalientes.

Roger Waters banalizó el Holocausto en su show de Berlín y recibió fuertes críticas: “Es uno de los mayores enemigos de los judíos”

Las alusiones al Holocausto del ex líder de Pink Floyd, Roger Waters, en su show de Berlín generaron indignación en la comunidad internacional, que no tardó en expresar su descontento y condenó las acciones.

La comunidad judía fue una de las primeras en alzar la voz al respecto. El doctor Ariel Gelblung, director del Centro Simon Wiesenthal para América Latina, arremetió duramente contra el músico, a quien acusó de ser un “consumado antisemita, obsesivo con deslegitimar al único Estado Judío donde reside la mayor comunidad del mundo, soporte de grupos terroristas como Hamas y Hezbollah”, que “utiliza sus shows para derramar odio”.

Roger Waters
A menudo, Waters suele generar polémicas por sus dichos contra el Estado de Israel y el Holocausto.

Hipócrita que defiende dictaduras y genocidas sosteniendo presuntas solidaridades con sus pueblos, pero sus shows sólo los lleva a cabo donde puede llenarse del dinero que dice despreciar. De repetir en América Latina las performances que presentó en Europa, es posible que sea procesado judicialmente en más de un país”, continuó el mensaje en tono de advertencia.

En respaldo a estas declaraciones, el Estado de Israel publicó un mensaje en sus redes sociales. “Buenos días a todos menos a Roger Waters, que pasó la noche en Berlín profanando la memoria de Ana Frank y de los 6 millones de judíos asesinados en el Holocausto“, se lee en el posteo.

Roger Waters
Entre la escenografía se vio un cerdo inflable gigante con palabras y símbolos como la estrella judía y pancartas al estilo del Tercer Reich con martillos cruzados en lugar de esvásticas.

Por su parte, el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas de Argentina, Jorge Knoblovits, en una columna en El Observador, recordó que “desde hace tiempo, Roger Waters, el famoso músico quien perteneciera a la banda Pink Floyd, utiliza sus masivos shows alrededor del mundo para transmitir mensajes antisemitas. Abiertamente incita al odio contra judíos e israelíes”.

En su espectáculo, el músico salió al escenario vistiendo un uniforme negro, similar al utilizado por la SS nazi, junto con un brazalete rojo y hasta apuntó con un fusil falso. Por otro lado, incluyó entre la escenografía un cerdo inflable gigante con palabras y símbolos como la estrella judía y pancartas al estilo del Tercer Reich con martillos cruzados en lugar de esvásticas (una estética que Pink Floyd utiliza desde la década de 1970 y que se hizo famosa por la película The Wall).

Roger Waters
El presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas de Argentina, Jorge Knoblovits.

Ante la polémica suscitada por la presentación, la policía de Alemania no fue indiferente y anunció que ha abierto una investigación en contra del músico británico por posible incitación al odio. La vestimenta con la que salió a escena es susceptible de “enaltecer” la violencia nacionalsocialista de una forma “hiriente para la dignidad de las víctimas” y, por consiguiente, “alterar el orden público”, delcaró el portavoz de las fuerzas de seguridad, Martin Halweg.

Este anuncio fue celebrado por la organización Stop Antisemitism, que compartió un video de la presentación de Waters en sus redes y festejó: “¡Una gran noticia! La policía de Berlín inició una investigación criminal sobre Roger Waters luego de su concierto en el que se vistió como un oficial nazi de la SS con una pistola y denigraba el asesinato de Ana Frank“.

Roger Waters
El músico salió al escenario vistiendo un uniforme negro, similar al utilizado por la SS nazi, junto con un brazalete rojo y hasta apuntó con un fusil falso.

El músico británico tiene un largo historial de polémicas sobre el Holocausto y el Estado de Israel. Sin dudarlo, a menudo se muestra como un ferviente defensor del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), cuyo objetivo es boicotear y desinvertir fondos del país oriental de Asia y hasta comparó el trato de estos y los Palestinos con el Shoá.

En la capital alemana, donde Waters se presentó recientemente, más de 60 mil judíos fueron deportados a la muerte durante la Segunda Guerra Mundial. Además, fue escenario de la purga de la “Kristallnacht”, en noviembre de 1938, en la que se quemaron la mayoría de las sinagogas de la ciudad y se destrozaron y robaron tiendas y viviendas de propiedad judía.

Santiago Maratea aniquiló a Flavio Azzaro: “Hace su programa con un delincuente que estafó jugadores”

Luego de que Santiago Maratea haya lanzado la tan llamativa recaudación, no ha hecho más que generar críticas desde un sector de la política. El objetivo principal de ésta es poder ayudar económicamente a la institución de Independiente con las deudas que dejó la gestión de Hugo Moyano, tras dejar el club.

Uno de los principales personajes de la rosca mediática en atacar al influencer fue el mismo Flavio Azzaro, quien en su cuenta personal de Twitter subió un video en el cual se burló de Maratea acusándolo de “borrarse” con los millones recaudados, mientras utilizaba un cántico clásico de cancha. Todo esto surgió luego de que el mismo Santiago anunciara que iba a quedarse con el 5% de la colecta.

“Maratea, Maratea… Maratea se borró… Se llevó toda la guita, y al Rojo lo cagó”, soltaba el ex panelista de América y Crónica. Esto no tardó en llegar a manos del propio influyente de las redes sociales, quien le replicaba de la siguiente manera: “Les pido disculpas, sé que desaparecí 6 días, estaba con la mujer de un periodista. No les puedo decir cuál, pero el nombre empieza con F”.

A los pocos días, Flavio Azzaro junto al ex presidente de Independiente, Andrés Ducatenzeiler, con quien a su vez conducen el tan conocido programa ‘El Loco y el Cuerdo’ en la plataforma YouTube, siguieron con las críticas hacia Maratea a tal punto que ambos lo catalogaron de “estafador”.

Nuevamente el influencer volvería a contraatacar al periodista deportivo K y también al ex dirigente del club de Avellaneda por sus dichos durante la transmisión en vivo: Azzaro hace su programa con un delincuente que estafó jugadores. No sé qué le parece gracioso”. Por último, selló: “Imagínate tener 40 años y no haber construido nada. Debe ser re triste su vida”.

“Los lectores volvieron a entregarse a los libros” | La conclusión de la Feria del Libro 2023

Este 15 de mayo finalizó la 47° edición de la Feria del Libro de Buenos Aires después de 19 días, con ganancias superiores a la última antes de la cuarentena y muy cercanas al éxito del 2022, y una concurrencia que superó el millón de personas. Las grandes editoriales vendieron hasta un 15% más que el año pasado, aunque los grupos más independientes están preocupados por la escasez y el cada vez más alto precio del papel.

El éxito de una nueva edición de la Feria se debió a varias iniciativas, algunas repetidas, mas otras realmente novedosas, que convocaron no solo a adultos y niños, sino también a miles de jóvenes que, gracias al impulso de Cris Alemany y su “movida juvenil”, son cada vez más. Además, gracias a Conabip, que permite la compra de libros a mitad de precio para “embajadores” de bibliotecas populares, entre el 5 y el 7 de mayo hubo más de mil ventas.

Las más de 2.000 actividades culturales y el centenario de la publicación del poemario de Jorge Luis Borges, Fervor de Buenos Aires, se sumaron al espectáculo Santiago de Chile canta a Buenos Aires en la Noche de la Feria como algunos de los mayores atractivos en las casi tres semanas.

Como conmemoración de los cuarenta años de la democracia en Argentina, entre los pabellones de la Feria existió un túnel con 40 fotos (una de cada año) representativas de nuestro país. Era larguísima la fila que hacían los más chicos para sacarse fotos junto a la última de ellas: Messi levantando la Copa del Mundo en Qatar 2022.

Por otra parte, las editoriales más populares, como Planeta, Penguin Random House, o Galerna, reconocieron haber tenido resultados más que satisfactorios. Carolina Di Bella, gerenta editorial de la tercera de ellas, reflexionó acerca del éxito no solo económico: “Para los editores, cada Feria del Libro es una oportunidad para encontrarnos de manera directa con nuestros lectores, conocerlos y dialogar. Desde esta mirada, el balance de cada edición es siempre positivo”.

La contracara se plasma en el caso de las editoriales más pequeñas, a quienes les preocupa el alto costo del papel y su escasez, como le sucede a El Cuenco de Plata. Julio Patricio Rovelli López, editor, destacó que están “contentos de haber participado en esta edición, en la que cumplieron 20 años”. Pero se sinceró y aceptó: “Para las editoriales independientes con lo vendido difícilmente lleguemos a pagar la reimpresión de los libros, teniendo en cuenta la inflación de tintes alfonsinistas”.

Benjamín Vicuña y Carlos Pagni, con Blanca, la niña que quería volar y El Nudo, respectivamente, fueron dos de las figuras más descollantes de la Feria. Y otro de los ejemplares más vendidos le corresponde al flamante Premio Pulitzer, Hernán Díaz, y se titula Fortuna. Ariel Granica, expresidente de la Fundación El Libro, destacó el “vigor excepcional” que recuperó la Feria, y concluyó: “Las ventas han acompañado satisfactoriamente. En un contexto económico tenso, los lectores volvieron a entregarse a los libros”.

Científicos descubren un océano por debajo de la capa terrestre con mucha más agua que la misma superficie

El artículo sobre este gran descubrimiento fue publicado en el año 2014 titulado “Dehydration Melting at the Top of the Lower Mantle”, el cual desmantela todos los detalles al respecto. Esta gran reserva se encuentra a 400 millas al fondo de la superficie terrestre en una gigantesca roca bautizada como “Ringwoodita”.

Según el informe, el agua se almacena en dicha zona, en un estado “esponjoso”. Hasta día de hoy, aunque han pasado 9 años, siguen sin explicar el origen de este fenómeno que ha acatado la atención de muchas personas, pero lo cierto es que, a pesar de no estar en un estado líquido en su totalidad, tiene un volumen incluso tres veces más amplio que el de cualquier océano de la Tierra.

“Los científicos llevan décadas buscando esta agua profunda que falta, ya que este mineral puede contener mucha agua en las condiciones del manto profundo”

El geofísico, Steve Jacobsen, durante conferencia de prensa nuevamente, sostuvo que “la ringwoodita es como una esponja que justamente absorbe agua” y que además “hay una estructura cristalina de la Ringwoodita que le permite atraer hidrógeno y atrapar el líquido”.

“Creo que por fin estamos viendo pruebas de un ciclo del agua en toda la Tierra, lo que puede ayudar a explicar la gran cantidad de agua líquida que hay en la superficie de nuestro planeta habitable”, agregó, durante el debate.

Ringwoodita, el diamante que develó que hay agua bajo la superficie de la Tierra

“Los científicos llevan décadas buscando esta agua profunda que falta, ya que este mineral puede contener mucha agua en las condiciones del manto profundo”, terminó de sentenciar.

Este gran y maravilloso hallazgo se basó principalmente en el estudio de los varios de los terremotos que se generaron en dicha zona, el cual algunos de los sensores sísmicos que conservan detectaron ondas de choques. La conclusión final a la que llegaron en este descubrimiento es que “si Ringwoodita contuviera tan solo un 1% de agua, habría tres veces más agua bajo la superficie de la Tierra que en los océanos de la corteza terrestre”.

Luis Moreno Ocampo destrozó a un periodista K: “El comunismo apoyó a la Dictadura”

Esta vez fue turno de Moreno Ocampo en sacar a la luz un fragmento de la historia que muchos argentinos no conocían. Durante un cruce importante que tuvo con el periodista Pablo Caruso en el programa Desiguales del dichoso canal del Estado, el letrado no dudó en criticar al Partido Comunista por haber apoyado a la última dictadura cívico militar.

Ya es algo común ver cómo la historia contemporánea de la República Argentina es contada desde cierto punto de vista y no cómo en realidad lo fue. Esto se reflejó nuevamente a la hora de ver cómo el que en su momento fue fiscal de la causa tuvo una discusión muy importante con el panelista K.

Luis Moreno Ocampo y su rol fundamental en la transición democrática argentina

El Partido Comunista apoyaba a Videla. Ellos creían que Videla era el más moderado de todos”, soltaba Moreno Ocampo. “Apoyó la dictadura militar y la represión. Del Partido Comunista justamente no secuestraban a nadie”, agregó.

A su vez, Pablo Caruso en un intento de querer contradecir los argumentos del letrado y justificar lo sucedido, manifestó: “Es que no puede quedar la idea de que el partido comunista fue cómplice de la última dictadura”. Aunque más tarde, el abogado terminaría por retrucarle: “Lo fue. Fue cómplice. Ya desde que el PC en 1983 proponía una alianza cívico-militar contra Alfonsín”.

Luis Moreno Ocampo on Twitter: “El Partido Comunista apoyaba a Videla, y miembros del Partido Comunista fueron víctimas de la dictadura https://t.co/rsspr3LJVy / Twitter”

El Partido Comunista apoyaba a Videla, y miembros del Partido Comunista fueron víctimas de la dictadura https://t.co/rsspr3LJVy

Una vez culminada la entrevista, Luis Moreno Ocampo, al ver que sus declaraciones fueron más que virales en las redes sociales, no dudó en citar vía Twitter el video y sostuvo: “El Partido Comunista apoyaba a Videla, y miembros del Partido Comunista fueron víctimas de la dictadura”.

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