El Fondo Monetario Internacional publicó hoy las proyecciones de crecimiento económico mundial para 2023 y se espera una baja del PBI global del 2,9% al 2,7%. Las causas van desde la repercusión de políticas fiscales expansivas por la pandemia, la inflación de la guerra de Ucrania y otros factores. Para la Argentina, este pronóstico solamente oscurece más su corto y largo plazo económico.
En resumen, el reporte advierte que “las tres economías más grandes, Estados Unidos, China y la zona del euro, seguirán estancadas” y que “lo peor está por venir, y para muchas personas, 2023 se sentirá como una recesión”.
Con este panorama oscuro, la semana pasada se aprobó la segunda revisión de las metas económicas del acuerdo con Argentina y se confirmó el desembolso 3.800 millones de dólares. Hoy, por otro lado, el reporte dirigido por el FMI destaca que Argentina para el 2023 tendrá una inflación de 76%, casi cuatro puntos por arriba del 2022 y un desempleo que casi llegará al 7%.
Además, el FMI mantiene sin cambios su proyección de crecimiento de la economía argentina para este año en el 4%, pero recortó un punto su expectativa de expansión de la actividad para el año que viene al 2%. Hasta julio, el organismo esperaba que el país creciera 3% en 2023, pero hora redujo esa expectativa al 2 por ciento.
Con los pronósticos ya expuestos, se ve oscuro a donde va a llevar el mundo la recesión que el COVID-19 creó. A la Argentina ya sabemos que le espera una contracción de la economía aún más grande de lo que ya vemos en el día a día, producto de medidas económicas irresponsables y endeudamiento que pagaran los hijos de nuestros hijos. Solamente queda esperar que algún día entendamos que la argentina debe ver al mundo, no como banco al que solicitarle prestamos, sino un lugar donde invertir y competir, mientras tanto nos ahogaremos en deudas monstruosas y dependeremos de las macroeconomías que flaquean.