Una investigación de Bloomberg Línea (Belén Escobar) refleja el particular escenario de desconcierto e intranquilidad que viven los ahorristas del país en el marco de la crisis económica, agudizada por la renuncia de Martín Guzmán y la consiguiente designación de la ultrakirchnerista, Silvina Batakis.
En La Quiaca prefieren comprar pesos bolivianos para resguardar su poder adquisitivo en lugar de optar por la moneda nacional o por dólares. Los locales advierten que se trata de un proceso cíclico: frente a la debilidad del peso también crece la demanda de bolivianos para comprar bines argentinos, que pueden ser un 50% más baratos. En Bolivia, mientras tanto, rechazan los pesos argentinos o los aceptan a un tipo de cambio muy poco conveniente para quienes se trasladan desde nuestro país.


El vicepresidente de la Cámara de Comercio de Jujuy, Alejandro Bustamante, coincide en que “el tipo de cambio favorece a Bolivia. Nuestra moneda está bastante depreciada y para los bolivianos es conveniente comprar en Argentina alimentos”.
“Nuestro peso se ha devaluado tanto en comparación con el boliviano que ahora cruzan la frontera y se llevan hasta electrodomésticos de contado. Los comercios prefieren atender a los bolivianos porque salen ganando. Mientras, ellos compran por fardo, los argentinos van y pierden alimentos por una bolsita de kilo”, declararon los comerciantes norteños a citado portal.