El kirchnerismo duro sigue demostrando, a plena luz del día, su importa fascista. En este caso, quien se encargó de que no queden en el olvido la filosofía del Duce, es el intendente de Pehuajó, Pablo Zurro.
En diálogo telefónico con el operador K, Roberto Navarro, el burócrata señaló que “el Estado tiene que volver a regular la carne y los alimentos , aunque no le guste a los gorilas”.
Además, Zurro argumentó que: “Entre mis colegas intendentes yo tengo una cucarda, como entregan en el campo, es la de no haber asistido en ms 14 años de máxima autoridad municipal a una fiesta de la rural de mi ciudad. Para que ir si siempre criticaban a Cristina Kirchner. Si iba me cagaba a trompadas con todos los gorilas arriba del escenario”.
El intendente de Pehuajó es recordado por la HUMILLACIÓN que le provocó una investigación de CQC sobre el tratamiento del agua en esa ciudad. En este contexto, Pablo Zurro justificó el grado de arsénico en el agua alegando que está mal el Código Alimentario Argentino.
“El agua no la manejo yo, está claro”, remató. Luego, notificado acerca de personas enfermas, Zurro se escudó indicando que el Municipio las ha “ayudado” con los temas médicos.
“Tengo la conciencia re tranquila”, concluyó el fascista, luego del lapidario informe.